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Sánchez quiere aprobar el reconocimiento de Palestina como Estado antes del verano

El presidente del Gobierno cree que la comunidad internacional dará pasos importantes en esta dirección en las próximas semanas, algo que permitirá a España acelerar junto a los aliados el cumplimiento de ese compromiso

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Archivo.

Enviado especial a Jordania

La decisión está tomada, pero La Moncloa busca el mejor momento para que España reconozca formalmente el derecho del pueblo palestino a constituirse en un Estado propio. El presidente del Gobierno ha reiterado en múltiples ocasiones en las últimas semanas que el propósito del país es hacerlo cuando se den dos condiciones: sumar a varios países de la Unión Europea para hacer un frente común y que ese reconocimiento tenga efectos tangibles a la hora de lograr una solución estable y segura al conflicto en Oriente Medio. En definitiva, que la decisión no se quede en un mero gesto simbólico sino que contribuya a la paz.

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Hasta hora, el jefe del Ejecutivo no había dado un calendario concreto para formalizar ese paso diplomático. Sánchez había hablado de hacerlo en esta Legislatura. Así lo expresó, por ejemplo, en su debate de investidura o la semana pasada tras la última reunión del Consejo Europeo. Pero coincidiendo con la gira que inicia esta semana por Jordania, Arabia Saudí y Catar para abordar la situación en Gaza, el presidente ha decidido ir más allá asegurando que su intención es que España reconozca al Estado palestino en este semestre, antes del mes de julio.

Tras lograr la semana pasada un acuerdo con Irlanda, Malta y Eslovenia para que junto a España esos cuatro países, dos de ellos con presencia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, se comprometieran a reconocer el Estado palestino "cuanto antes", la Moncloa espera que en los próximos días la comunidad internacional haga anuncios que permitan a nuestro país justificar la adopción de ese acuerdo. "Hay que estar atentos a las decisiones que se tomen próximamente en Bruselas y Nueva York", ha dicho el propio Sánchez en esa charla con la prensa que vuela junto a la delegación española a Amman.

En realidad, este no solo es un compromiso personal de Sánchez, España lo tiene pendiente desde 2014 cuando el Congreso, con el apoyo de PSOE y PP, aprobó una iniciativa con la que se pedía al Gobierno trabajar junto a los socios europeos para avanzar en el reconocimiento "inmediato" del Estado palestino. Los grupos de izquierdas, desde Sumar a Podemos o Esquerra Republicana, incluso el PNV siempre han defendido la necesidad de dar ese estatus a Palestina.

El plan del Gobierno pasa por tanto por aprovechar este semestre, antes de los comicios europeos y del posible vuelvo electoral en Estados Unidos en noviembre, para que el Consejo de Ministros, junto con otros países del entorno lo acuerden. Sánchez acudiría después al Parlamento para explicar esta decisión, que en principio cuenta con un amplio consenso de los grupos parlamentarios con representación en las Cámaras. Todos, excepto VOX y Junts, que se ha alineado con la derecha en este asunto, son partidarios de avanzar en esa dirección. El PP apoyó el reconocimiento inmediato en 2014.

Segunda visita a Oriente Medio

En este contexto, con los países de la región tratando de alcanzar un alto el fuego en Gaza que suponga el cese de los bombardeos por parte de Israel sobre la franja y la liberación de los rehenes secuestrados por Hamás, Sánchez llega a Oriente Medio con la intención de visitar tres países clave en el futuro del conflicto. Una gira, la segunda por la zona desde el inicio de la guerra, con la que La Moncloa se plantea tres objetivos.

El primero y al que más relevancia dan en la delegación española es reforzar la cooperación y la ayuda humanitaria en la Franja de Gaza en un momento en el que la emergencia sanitaria y la hambruna son extremas. Sánchez va a visitar el campo de refugiados palestinos que la UNRWA gestiona en Ammán. Jordania es el país que más refugiados palestinos acoge, casi cinco millones y medio. España considera indispensable mantener el apoyo a este territorio y la agencia de Naciones Unidas. Jordania está liderando además el lanzamiento de material sanitario y alimentos desde el aire con la ayuda de paracaídas ante el bloqueo de los corredores humanitarios terrestres impuestos por el régimen de Netanyahu.

En segundo lugar, el propósito de España con esta gira es dar respaldo a Catar en su labor de mediación en la región e insistir en la necesidad de convocar una conferencia de paz, idea que Sánchez planteó desde el primer momento y para lo que ofreció Madrid como posible sede para su celebración. Por último, fuentes oficiales explican que la visita del presidente del Gobierno busca también escuchar de primera mano cuál es el planteamiento de los países árabes, más cercanos a Palestina. Sánchez pondrá el foco de hecho en la necesidad de que Doha y Riad también reconozcan la legitimidad de Israel para que la estabilidad de la región sea posible.

El Gobierno orilla la entrada saudí en Telefónica

A lo largo de los tres días que va a durar la gira, el presidente se va a reunir con las más altas autoridades de los tres países; el rey Abdalá de Jordania y los emires de Catar y Arabia Saudí. El viaje cuenta también con una intensa agenda económica, habrá encuentros con empresarios españoles que tienen intereses en la zona, pero la Moncloa descarta abordar con Riad el intento de un fondo soberano saudí por entrar en el accionariado de Telefónica. Un amago que ha provocado que el Gobierno reaccione comprando una parte del capital de la compañía de telecomunicaciones para garantizar la "españolidad" y "la autonomía estratégica".

Arabia Saudí comunicó públicamente su intención de entrar en Telefónica en septiembre de 2023 pero seis meses después la Moncloa no aclara si el fondo ha iniciado formalmente el procedimiento. En cualquier caso, desde la oficina económica de la presidencia del Gobierno aseguran que este no es un asunto prioritario a tratar en esta visita. Sánchez solo entrará en este asunto si las autoridades saudíes lo ponen sobre la mesa.