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Hildegart Rodríguez, el proyecto de hija perfecta que terminó en parricidio

La historia de la que podía haber sido la gran líder de la II República ha alimentado multitud de libros y películas, como 'La madre de Frankenstein' o 'Mi hija Hildegart'

El viaje de ida | Hildegart Rodríguez, el proyecto de hija perfecta que terminó en parricidio

Madrid

Es imposible contar la vida de Hildegart Rodríguez sin contar la de su madre, Aurora Rodríguez. Arrancamos esta historia en el Ferrol de finales del siglo XIX, donde la madre, Aurora, nace en una familia acomodada de la ciudad gallega. Desde niña se pega a su padre, Francisco Rodríguez Arriola, un jurista culto y asiduo a las tertulias de la ciudad gallega.

"El padre tiene reuniones con notarios, abogados, políticos de la época, literatos, médicos... Ella está en una esquina escuchando esas conversaciones y todo eso hace que se le despierte un interés distinto. En lugar de jugar a la comba, ella escoge los libros. Todo lo que tiene en la biblioteca de su padre lo lee, desde política hasta sexología", explica Carmen Domingo, autora de 'Mi querida hija Hildegart'.

Uno de sus grandes intereses desde muy corta edad es la eugenesia, el perfeccionamiento de la especie humana, ese hecho junto al regalo de una muñeca marcan un punto de inflexión en los intereses de la joven Aurora. Carmen Domingo explica que desde ese día considera que "el día de mañana ella tendrá una muñeca como esa en carne y hueso" a la que podrá educar para salvar el mundo.

El primer intento de crear un ser perfecto lo lleva a cabo con su sobrino, Pepito Arriola, al que educa a su manera y lo convierte en un niño prodigio del piano, "pero su madre vuelve de Francia y al darse cuenta de que es un concertista famoso, lo que es lo mismo va a acabar dando dinero, dice: 'Ah, no, es que el niño es mío'", relata la autora de 'Mi querida hija Hildegart'.

En ese momento decide ejecutar el plan definitivo, tener su propia hija, que nadie le pueda quitar. Así explicaba su personaje en la película de Fernando Fernán Gómez 'Mi hija Hildegart' los requisitos que tenía que cumplir: "Tenía que ser una niña, una mujer sana de cuerpo y alma. Guiada terceramente desde antes de nacer, capaz de realizar la gran idea, que yo, por mi falta de preparación, no podía llevar a cabo. Hildegart debía consagrarse a la liberación de la mujer".

El primer paso era encontrar un padre, o más bien, un "colaborador fisiólogico", que no se inmiscuyera en su tarea. Optó por engendrar esta hija con un cura castrense: "Tiene con él una serie de relaciones sexuales en las que ella no va a hacer nada y dejarán de tenerlas en el momento en el que ella sienta que está embarazada. Entonces, a la tercera vez ella dice, 'se acabó, ya estoy embarazada'", explica Carmen Domingo.

De Ferrol a Madrid

Ya embarazada decide trasladarse de Ferrol a Madrid para evitar el "qué dirán". Y el 9 de diciembre de 1914 nace Hildegart Rodríguez para salvar el Mundo y a las mujeres. Para ello la educó eugenésicamente desde el minuto cero, para que fuese la niña perfecta. La joven Hildegart muy pronto comienza a mostrar altas capacidades.

"Empieza a leer desde los dos años, a escribir desde los tres. A los cuatro se saca el título de Mecanógrafa, la pone a estudiar y saca las mejores notas", enumera Carmen. Siendo una adolescente, Hildegart escribe artículos para varios medios de comunicación, forma parte del PSOE, de UGT y de centros intelectuales de la capital como el Ateneo de Madrid. Antes de los 18 años ya contaba con el título de Derecho y había comenzado a estudiar Medicina.

Se relacionaba con las grandes personalidades de la época como Clara Campoamor, se carteaba con el padre de la sexología, Havelock Ellis; era amiga de jóvenes políticos como Santiago Carrillo, y adultos, como Julián Besteiro.

"Tuvo una producción tan sumamente precisa en términos literarios, políticos, científicos, legales y tan amplia que escribió 16 libros de ensayo, más de 150 artículos publicados en poco más de 2 años", cuenta la directora Paula Ortiz que ha rodado una nueva película sobre esta historia, 'Hildegart', que se estrenará este otoño.

Su trayectoria política, que comienza en las juventudes socialistas se va tornando más a la izquierda y se hace del Partido Republicano Democrático Federal y es, precisamente, el interés por la política y las ansias de libertad lo que rompe con los planes de su madre, Aurora.

"A doña Aurora le parecía que ella tenía que hacer hincapié en trabajar en la Liga Mundial para la Reforma Sexual. En el que se intentaban solucionar los problemas que más le preocupaban a ella, que era la reproducción, la creación en los nacimientos. Mientras que a Hildegart le parecía que lo que ayudaba a resolver los problemas que existían en el mundo, no era tanto la medicina, como la política", explica Carmen Domingo.

Tras una fuerte discusión, la paranoia de Aurora Rodríguez fue en aumento y la noche del 9 de junio de 1933, mientras Hildegart dormía, Aurora terminó con la vida de su hija pegándole cuatro tiros. La que podía haber sido la gran líder de la II República fallecía con apenas 19 años. "El gran enigma y el gran golpe que te da esta historia cuando la conoces, la provoca el acto brutalmente violento y contradictorio de Aurora. El hecho de, ¿Qué hubiera sido de Hildegart?", se plantea Paula Ortiz.

Este asesinato fue un gran impacto en toda España para la clase política, para los periodistas, para la ciudadanía de Madrid, que el 10 de junio del 33 se agolpaba en la sede del Partido Republicano Democrático Federal donde velaron el cuerpo y una gran comitiva la trasladó hasta el cementerio civil.

Aurora Rodríguez es juzgada y entorno a ella se crea un gran debate político y psiquiátrico entre los que querían enviarla a la cárcel y los que querían enviarla a un psiquiátrico. Entre el doctor Vallejo Nájera, que negaba la paranoia aduciendo que "las rojas eran así" y el doctor Prado Such, que quería despolitizar el asesinato y llevarla al psiquiátrico.

Tras un tiempo en la cárcel, Aurora Rodríguez terminó sus días en el psiquiátrico de Ciempozuelos, donde muere en 1956. Casi medio siglo después, el informe psiquiátrico de Aurora llega a manos de Almudena Grandes y se convierte en la protagonista de la novela 'La madre de Frankenstein'.

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