La campaña europea puede ser desastrosa

Los debates parlamentarios llamados ómnibus, con una larga lista de temas sin relación entre sí, son más bien desesperantes. En el hoy, solo ha sido posible dejar claro una cosa, importante, eso sí: España reconocerá el próximo día 28 a Palestina como nuevo Estado, al mismo tiempo que lo hacen Irlanda y Noruega. Pero no hemos logrado averiguar siquiera cuál es la posición al respecto del principal partido de la oposición y de su presidente, Alberto Núñez Feijóo. El Congreso de los Diputados tenía hoy una ocasión para, cara a las elecciones europeas del próximo 9 de junio, tratar algunos de los temas que deberían marcar esa fecha, asuntos realmente importantes. Por ejemplo, los que afectan a esos agricultores que tanto se han manifestado en los últimos tiempos, y que tanto dependen de la Unión Europea, para recibir subvenciones, pero también para ajustarse a legislaciones que afectan a su trabajo cotidiano. Por ejemplo, temas que inquietan a los jóvenes: ¿puede hacer algo la Unión para resolver el problema de la vivienda que les afecta tanto, no solo en España sino también en otros muchos países socios? Tampoco se ha hablado de quienes tienen miedo a que la situación internacional continúe complicándose y creen que Europa debería dotarse de más instrumentos propios de defensa. Nada de eso ha sido posible, porque seguimos enredados en temas que no tienen ninguna repercusión real, como todo lo relacionado con el trabajo de la mujer del presidente del Gobierno, pero que logran desviar completamente la atención política. Si no se remedia, la campaña europea puede ser desastrosa.