Hoy por HoyLa mirada
Opinión

España ya no huele tanto a ajo

No deja de ser una satisfacción y aun diría que un orgullo que -según la lista Fifty Best- un restaurante español sea el mejor del mundo

Ignacio Peyró: "España ya no huele tanto a ajo"

Madrid

Es posible que nuestra relación con la comida haya cambiado en estos tiempos. La inflación es de los peores invitados que podemos tener a la mesa y quien más, quien menos, se pregunta cuándo va a bajar el aceite de las nubes o se hace cruces al pagar los melocotones a precio de extorsión. Y sin embargo no deja de ser una satisfacción y aun diría que un orgullo que -según la lista Fifty Best, publicada ayer mismo- un restaurante español sea el mejor del mundo y otros dos se hayan colado entre los cinco primeros. Y es una satisfacción porque si nos preguntamos quién nos esperaba ahí arriba hace una generación, la respuesta es "nadie".

Más información

De hecho, hasta hace no tanto tiempo, por ahí fuera se creía que la cocina española se limitaba a variaciones más o menos radioactivas de paella y un ajo que, según observó Victoria Beckham, pasaba con gran facilidad de las sartenes a las aceras. Nuestra propia literatura culinaria es una literatura del hambre: hidalgos enjutos de no comer y pícaros que se enferman el día que pueden hacerlo. Carpanta, que es de ayer y no del Siglo de Oro, todavía soñaba el hombre con pollos asados.

La cocina es arraigo y cultura, vanguardia y negocio. Para el mundo, es un arma de seducción. Para nuestra autoestima, una historia de éxito. Y, para nuestro presente, un signo de esperanza: cualquier día empezamos a legislar y gobernar igual de bien que cocinamos.