Vivir aferrado
"Aferrarse es una maniobra que apenas requiere entrenamiento, te sale casi perfecta sin pensar, como cuando estiras la mano para que te den las vueltas"
Vivir aferrados
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Galicia
Aferrarse es una maniobra que apenas requiere entrenamiento, te sale casi perfecta sin pensar, como cuando estiras la mano para que te den las vueltas. El aferramiento implica que estás bastante bien como estás, sinceramente, que no te cambiarías por nadie, y que quieres seguir así siempre. Qué sentido tiene querer estar mal. En qué cabeza entra. Solo una vez vi a un tipo loco por empeorar: pretendía coger la gripe a toda costa. Deseaba estar mal porque aún así estaría mejor, sostenía, que estando bien: todo porque odiaba su trabajo, y las fiebres, los escalofríos, los dolores musculares, la cabeza a punto de explotar le parecían mejor plan que acudir al periódico en el que trabajaba. Pero si te encuentras a gusto en un sitio, te agarras a él con todas tus ganas. Te sale pegamento en las manos. Al fin y al cabo, la historia de un individuo es un relato de acaparamiento. Cada uno necesita más o menos cantidad. Depende de tu sentido de la propiedad privada. Si está muy afilado, te induce a pensar que lo que se ocupa por confluencia de circunstancias provisionales, se puede prolongar en el tiempo hasta que, a lo tonto, lo pasajero se vuelva definitivo. Esta determinación en aferrarte a lo que no te pertenece para siempre, como ciertos cargos, solo puede ser aplastada por alguien que ya estuvo en tu lugar antes, y que te pide la dimisión para ponerse él otra vez y, lógicamente, aferrarse con fuerza. El placer está demasiado inventado.