Perfil | Íñigo Errejón, la cara visible de la nueva política que termina saliendo por la puerta de atrás 10 años después

Íñigo Errejón ha anunciado con un largo y borroso comunicado que abandona la política. El único cofundador de Podemos que quedaba en activo deja todas sus responsabilidades debido a las acusaciones de varias mujeres, de abuso sexual, maltrato psicológico y actitudes machistas. Un final que nunca imaginó y que incluso podría tener su propio recorrido judicial, ya que la actriz Elisa Mouilaá ha presentado una denuncia contra él. El que fuera escudero inseparable de Pablo Iglesias en 2014 dice adiós a la política de forma abrupta y con muchas cuestiones pendientes de aclarar. Sin embargo, a lo largo de su carrera ha protagonizado momentos históricos, como la irrupción de la formación morada, su posterior divorcio sangriento con Iglesias o la fundación de Más Madrid y Más País, así como su integración en Sumar. En estos diez intensos años como político, Errejón ha sido amado y odiado de forma simultánea, aunque no equitativa, entre los diversos sectores de la izquierda, especialmente cuando decidió formar su propio partido para competir electoralmente con Podemos. Para unos era un traidor responsable de dividir a la izquierda por enésima vez, mientras que para otros representaba la sensatez progresista. Su enfrentamiento con Pablo Iglesias se produjo en febrero 2017, en el conocido como el segundo Congreso de Vistalegre. Con casi 10.00 simpatizantes pidiendo «unidad», Errejón se enfrentó directamente al líder del partido, bajo el argumento de que debían ensanchar el espacio electoral, pero sufrió una estrepitosa derrota —apenas logró un tercio de los votos— que fracturó el partido en dos. Errejón fue relegado entonces como portavoz parlamentario en favor de Irene Montero. Un año después, el cofundador de Podemos anunció que presentaba una plataforma llamada «Sí Madrid 2019», por la que se iba a presentar a las elecciones del 26 de mayo de 2019 que se iban a celebrar en la Comunidad de Madrid. Podemos lo interpreta como una traición y supone la salida definitiva de Errejón del partido. Tras los comicios, el partido de Errejón obtiene 20 diputados, 13 más que la formación morada, con las elecciones generales cerca de convocarse. El resultado fue una de las primeras grandes derrotas de Podemos contra su nuevo rival en la izquierda. Sin embargo, este resultado no se replicó. Errejón abandonó la Asamblea de Madrid para fundar Más País y presentarse como cabeza de lista junto a formaciones regionales que rechazaban a Iglesias, pero apenas logró tres diputados. Los morados, por su parte, hicieron historia tras firmar el acuerdo con el PSOE que daba lugar al primer gobierno de coalición de la historia de España, llegando a ocupar una vicepresidencia y cuatro ministerios, entre ellos Trabajo e Igualdad. Este nuevo revés relegó a Errejón a una cierta irrelevancia política en el Grupo Mixto, que trató de evitar abanderando la lucha por la defensa de la salud mental —donde se produjo el bochornoso «¡vete al médico!» de un diputado del PP durante una de sus intervenciones sobre este asunto en el Congreso—. A Más País y a su líder no les quedó otra opción que votar a favor del gobierno de PSOE y Podemos en la investidura y presenciar como sus antiguos compañeros y amigos llegaban al poder con un proyecto que él mismo inició. Cuatro años en los que apoyaron las leyes y propuestas del Ejecutivo mientras criticaban algunos aspectos, en un intento de ganar espacio político que no terminaba de cuajar a nivel estatal, no así a nivel madrileño. Pero cuando todo apuntaba a que Errejón estaba condenado al ostracismo, un giro repentino de guion volvió a darle una oportunidad que no dudó en aprovechar. En marzo de 2021, Pablo Iglesias dejó su cargo como vicepresidente del Gobierno y nombró a Yolanda Díaz como sucesora, tanto del cargo como del movimiento, pese a que ella militaba en Izquierda Unida. Un fallo de cálculo reconocido a posteriori por el propio Iglesias que dinamitó de forma irremediable el espacio a la izquierda del PSOE. Las tensiones entre las ministras de Podemos y Yolanda Díaz fueron incrementándose y aireándose públicamente, generando una gran desilusión entre el electorado, que presenció una nueva y peligrosa división de la izquierda a pocos meses de las elecciones generales de julio de 2023. Sin embargo, la ilusión entre los votantes se recuperó parcialmente cuando se formalizó Sumar, una plataforma creada ante la inesperada convocatoria electoral que integraba a más de 15 formaciones de izquierda, incluido un Podemos, que se deshinchaba electoralmente. Un matrimonio de conveniencia que se divorciaría menos de cinco meses después. Errejón fue de número cuatro por Madrid y logró sacar escaño, pero la formación decidió que no debía ocupar ningún cargo en la reedición de la coalición de Gobierno. Sin embargo, pocos meses después, decidieron en Sumar que la hasta entonces portavoz en el Congreso, Marta Lois, fuera la candidata a las elecciones gallegas y dejó la vacante libre. Errejón hizo entonces los movimientos internos pertinentes para, nueve años después, recuperar el cargo de portavoz que ostentó como diputado de Podemos. Así, este jueves ha llegado el final político de Íñigo Errejón. Se despide de una forma que nunca imaginó: entre denuncias y acusaciones de comportamientos machistas y abuso sexual. Un adiós no deseado ni por él ni por su partido, pero que ha generado un terremoto político de magnitudes que todavía es difícil conocer. «Cuando llegas al cielo, al día siguiente te tienes que ocupar de recoger la basura», declaró hace varios años en una entrevista en El País.

Perfil | Íñigo Errejón, la cara visible de la nueva política que termina saliendo por la puerta de atrás 10 años después

Diez años después de iniciar su carrera política con la fundación de Podemos, el hasta ahora portavoz parlamentario de Sumar abandona sus responsabilidades públicas de una forma que nunca hubiera imaginado: entre acusaciones de actitudes machistas

Carlos de Barrón

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