Ventajas de mentir solo una vez
"Vas pasando de una a otra, como si las surfeases, hasta que conviertes el acto de no decir nunca la verdad en una modalidad de viaje. Pero antes o después, acabas en un callejón sin salida"
Ventajas de mentir solo una vez
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Y pese a todo, la verdad sigue teniendo un poder indescriptible, devastador. No importa que la mentira haya dejado de parecer nauseabunda a mucha gente, y que quedasen lejos los tiempos en que mentías y caías bajísimo, y que un día llegase el relativismo y entonces el engaño perdiese gravedad para volverse una opción emperifollada de legitimar tu posición en el mundo. Toda esta porquería es cierta, claro que sí. Pero cuando la verdad arrecia, cuando te cae encima con su cruda e irrebatible luz, no hay farsa que aguante en pie. En su peor momento, la verdad se levanta, amoratada, coja, moribunda, y aún así acaba con quien sea: por ejemplo con Mazón y sus consellers. Su fuerza es salvaje. No hay defensa posible. Quizás puedes refugiarte en otras mentiras. Lo triste de mentir la primera vez, para salir de un apuro, es que hay que seguir mintiendo. Las siguientes trolas te parecen siempre la opción menos mala. Generan sensación de seguridad, falsa, pero seguridad. No puedes parar. Es un vicio. En la naturaleza de la mentira está mentir de nuevo, mentir mejor, mentir más fuerte, mentir más alto. Vas pasando de una a otra, como si las surfeases, hasta que conviertes el acto de no decir nunca la verdad en una modalidad de viaje. Pero antes o después, acabas en un callejón sin salida. Y la verdad te acorrala. Y tú te dices «Pero ¿por qué no mentí solo la primera vez? Al menos ya estaría muerto y olvidado».