La grasa corporal guarda al adelgazar recuerdos de cuando se fue obeso: "Podría influir en el temido efecto rebote"
Un experimento en ratones y humanos señala que el tejido graso conserva una "memoria epigenética" de la obesidad. Una marca que persiste después de la pérdida de peso
Madrid
Un equipo internacional de investigadores, entre los que se encuentran el biólogo y genetista español Daniel Castellano-Castillo, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Málaga (IBIMA), han descubierto que nuestro tejido adiposo, "incluso después de una significativa pérdida de peso", mantiene lo que llaman "una memoria epigenética" de la situación de obesidad que teníamos antes de perder peso.
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Los autores creen que esta memoria podría explicar junto a otros factores -no es el único- por qué muchas personas experimentan el temido efecto rebote y vuelven a recuperar peso muy rápidamente al terminar una dietas o un tratamiento.
En declaraciones a la SER, el coautor Daniel Castellano-Castillo asegura que "este hallazgo no debe desalentar a nadie a intentar perder peso porque los beneficios de esta decisión siguen siendo clarísimos". Y añade: "en ningún caso podemos asegurar que esta memoria celular significa que hay personas predestinadas genéticamente a no perder peso o para recuperarlo". Sin embargo, mantiene que "las células de nuestro tejido adiposo tienen memoria" y que esa memoria es muy importante para lo que pasa después de un adelgazamiento drástico.
El estudio, publicado en la revista Nature, ha investigado el comportamiento celular y molecular del tejido adiposo de humanos y de ratones sometidos a una pérdida de peso muy rápida para comprobar que las células que forman nuestra grasa corporal conservan modificaciones en su ADN que, tras la pérdida de peso, perpetúan la obesidad y nos predisponen a recuperar peso si volvemos a una dieta rica en grasas.
La razón es que, aunque las células de nuestra grasa sufren cambios que la alteran cuando adelgazamos, también conserva unas "marcas epigenéticas" que los investigadores han llamado "memoria obeso-génica".
En las pruebas con humanos, por ejemplo, han comparado las secuencias de ARN de las células del tejido graso de 18 personas sin obesidad con las de 20 individuos que si que sufrían este problema. Luego han comparado el antes y después de la pérdida importante de peso después de una cirugía bariátrica. El equipo de investigadores ha comprobado cómo las células del tejido adiposo humano -también las de ratones- sufrían "cambios transcripcionales que se conservan después de la pérdida de peso".
¿Servirá para luchar contra el "efecto rebote"?
Los autores creen que este descubrimiento abre la puerta a medicamentos o terapias que se enfoquen en cambiar estas marcas epigenéticas que ya es evidente que son muy importantes en el proceso.
Es verdad, aclaran, que estamos todavía en una primerísima fase porque "las herramientas para alterar estas marcas epigenéticas están en desarrollo". Sin embargo, si se consigue, por ejemplo, un medicamento que tenga como diana terapéutica estas marcas -y consiga hacer que las células no recuerden nuestra obesidad- quizás se podrá evitar el "yo-yo" que se produce en nuestro cuerpo.
En definitiva, el estudio subraya la importancia de entender que para perder peso no solo hay que perder peso y ya está. Es decir, no solo es una cuestión de voluntad, disciplina, dieta, ejercicio y conseguirlo. Hay cambios en las células que ya hemos visto que se producen y que hay que tener muy en cuenta.
Javier Ruiz Martínez
Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación en la SER. Trabajo en el mejor trabajo del mundo:...