SER HistoriaSER Historia
Historia

Tanausú, el último guerrero aborigen

Defendió a los suyos con uñas y dientes, convirtiéndose en uno de los referentes de la historia de las Islas Canarias. Tanausú, el último mencey de La Palma, es en esta ocasión el protagonista del cronovisor.

Tanausú, el último mencey

Tanausú, el último mencey

31:34

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1733416214073/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

Antes de la conquista de La Palma, la increíble Caldera de Taburiente, hoy declarada Parque Nacional, era uno de los doce cantones o señoríos en que estaba dividida la isla, cada uno regido por un mencey o príncipe. Uno fue el de Aceró, el último conquistado por las tropas invasoras de Castilla, al mando del Adelantado Alonso Fernández de Lugo en el año 1492.

Hacia esta isla partieron tres naves el 29 de septiembre, sabiendo que 40 años antes una expedición fracasó estrepitosamente por la ferocidad de los aborígenes palmeros. Estaba dirigida por Guillem Peraza y no sabían que se las tenía que ver con el célebre y belicoso caudillo auarita Bencomo. Los doscientos soldados peninsulares fueron masacrados en el Barranco de las Angustias, que bordea la Caldera, llamado así desde entonces.

Su sucesor, Tanausú, caudillo de Aceró, conocedor de la intricada orografía de su territorio, opuso una tenaz resistencia a los conquistadores del año 1492. Ya sabían que estos soldados venidos de Castilla no utilizaban las mismas armas que ellos y que mataban a mucha mas distancia que sus lanzas, mazas y hondas. Y además que llevaban caballos que de nada les servían en esos terrenos tan montañosos. Fernández de Lugo desembarcó en el puerto de Tazacorte y pronto se dio cuenta que el triunfo final no era una cuestión de hombres sino de geografía. Siete meses después de iniciada la conquista, un 3 de mayo de 1493, el Adelantado ya había ocupado 11 de los cantones de la isla y había establecido la capital de Santa Cruz de la Palma. El último reducto, Aceró, que significa “tierra fuerte”, estaba aún en manos del carismático Tanausú.

La Caldera de Taburiente era un estupendo refugio natural para los auaritas allí refugiados. A Alonso de Lugo no le quedo más remedio que recurrir a otras artes para conseguir este cantón, como fue el engaño y la traición. Ofreció a Tanausú un pacto entre caballeros con el objetivo de atraparle en una emboscada. Y ocurrió en el lugar conocido como La Cumbrecita (de 1.833 metros), muriendo multitud de isleños y Tanausú fue hecho prisionero. Cargado de grilletes, fue enviado como botín de guerra para ser exhibido ante la corte de los Reyes Católicos y cuentan las crónicas que, ante la humillación que sentía, gritó: “¡Vacaguaré!”, palabra que significa “me quiero morir”. Esta es una expresión que solían decir los ancianos cuando presentían que llegaba el momento de su muerte. Tanausú, el último héroe de Benahoare, falleció durante la travesía marítima al negarse a tomar ningún alimento.

Asociada a esta historia está la leyenda de los hachos o “Antorchas del Time” surcando el Barranco de las Angustias en la Caldera de Taburiente, unas luces populares que transitan por la noche en fila y que serían una reminiscencia de las almas en pena de esos guerreros muertos por inanición. Una especie de “Santa Compaña”, pero en la isla bonita.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00