Sociedad

El empecinamiento del padre y el suegro de Vicente que hizo que un pueblo de Valencia ganara 28 millones con El Gordo

Abrieron la administración en 2023 y ese mismo año dieron el premio

Vicente (a la derecha) celebrando a las puertas de su administración de lotería en Vilamarxant que habían dado El Gordo / EFE/ Biel Aliño

Vicente (a la derecha) celebrando a las puertas de su administración de lotería en Vilamarxant que habían dado El Gordo

Madrid

Vicente y su pareja, Elo, abrieron su administración de lotería en Vilamarxant (Valencia) en enero de 2023 y en diciembre dieron El Gordo. Ha pasado casi un año y todavía no pueden creerlo. Durante los 27 años en los que trabajó la anterior propietaria nunca consiguió tal hazaña. "Creo que dio un premio de una Bonoloto de 900.000 euros", señala Vicente, que sabe que la suerte le sonríe porque después de la Lotería de Navidad, este año también ha dado un segundo premio de Lotería Nacional y un premio de 10.000 euros de la Primitiva del Joker: "Nos faltó un número para dar un millón de euros".

Trabajaba el doble de horas en el bar desde que su marido murió, pero sonó el teléfono: alguien quería darle los 400.000 euros del Gordo y un abrazo

Gracias a ese 88008 repartieron 28 millones de euros en el pueblo y en localidades del alrededor. La insistencia del padre y del suegro de Vicente fue esencial para que vendieran 70 décimos de ese número: "Se emperraron en ese número. Si estábamos mi mujer o yo aquí y nos pedían uno al azar y no dábamos ese pero cuando coincidía que estaban ellos dos, siempre lo daban". Le consta que hubo gente que cuando se lo ofrecieron no lo quiso e incluso casos peores: "Y hay uno o dos casos muy concretos de gente que compró, pagó el décimo y saliendo de la administración decidió cambiarlo". Ahora la mayoría de números que tienen son peculiares, o muy altos o muy bajitos, de esos que no suelen gustar pero entran igualmente en el bombo.

Vicente también llevaba un décimo

El día del sorteo del año pasado Vicente y su mujer habían ido al colegio a ver la actuación navideña de su hija y su madre y su suegra se quedaron en la administración. "Acabó el evento y nos vinimos a la plaza. Justo estábamos almorzando y salió el gordo. Mi suegra y mi madre que estaban dentro empezaron a gritar "que hemos dado El Gordo, que hemos dado El Gordo". Nosotros levantamos, fuimos corriendo y se quedó el almuerzo sin pagar, dejamos a los niños... Menos mal que estábamos con mi prima y se hizo cargo de los chiquillos, pero nosotros, con la emoción nos levantamos y nos olvidamos de todo", recuerda.

Vicente y su familia a las puertas de su administración celebrando el premio

Vicente y su familia a las puertas de su administración celebrando el premio / EFE/ Biel Aliño

Vicente y su familia a las puertas de su administración celebrando el premio

Vicente y su familia a las puertas de su administración celebrando el premio / EFE/ Biel Aliño

No solo habían dado El Gordo sino que tenían un décimo y la familia más cercana, también. Vicente reconoce que no les ha cambiado la vida mucho pero les ha aliviado bastante: "Al poner la administración, tuvimos que hacer un esfuerzo y pedir un préstamo para para el negocio y lo hemos liquidado. Pero ni he podido hacer un viaje porque tengo dos niños que son pequeños y quizá te limita más y el coche lo tenía bien". Eso sí, siempre ha querido tener "una moto grande" y sabe que en algún momento se la comprará.

Un pueblo millonario donde algunos lo estaban pasando peor

Muchos vecinos de Vilamarxant también fueron agraciados y algunos fueron a la administración el día del sorteo a abrazar al padre y al suegro de Vicente por su insistencia con ese número. La discreción impera en el pueblo: "Aquí se conoce todo el mundo y, tanto para bien como para mal, se habla todo. Muchos quisieron dejarlo en el anonimato. Sí que se ha notado un aumento de construcciones y de inversiones en coches".

Así sonó en Paiporta la alegría del Gordo de lotería de Navidad en 1989

Se alegra especialmente por conocidos que estaban pasando por dificultades a los que ese dinero les ayudado mucho: "Hay una chica cubana que vive en el pueblo y una prima suya, también cubana, que vive en Alemania eligió el décimo a través de un vídeo y fue premiada. ¡Tuvo que que venir desde Alemania a cobrarlo! Le ha ayudado mucho y va a poder traerse a su hijo y a su nieto que están en Cuba".

Hay casualidades y luego está lo suyo: qué ha sido de la mujer que sin comprar el Gordo acabó cobrando el premio

También recuerda a un matrimonio formado por una mujer española y un hombre mexicano que llevaba 20 años sin ver a sus padres y tras el premio pudieron reencontrarse. "Luego también hay una una pareja en una situación económica un poquito más adversa y con una diversidad funcional y han tenido la capacidad de comprarse un piso. Entonces, está muy bien, es mucha la alegría que toque, pero si a esas personas les has podido cambiar en cierto modo la vida, muy contentos también por esa parte".

Elisa Muñoz

Elisa Muñoz

Periodista en Cadena SER desde 2008. Primero en programas como 'La Ventana', 'Hoy por Hoy Madrid' o...

 
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