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Julián Casanova: “Se dice que Franco hizo cosas buenas y se dejan de lado los costes: las torturas, las víctimas”

El historiador publica una biografía de ‘Franco’ en el 50 aniversario de la llegada de la libertad, un libro actual que rompe algunos de los mitos sobre el dictador

Julián Casanova: “Se dice que Franco hizo cosas buenas y se dejan de lado los costes: las torturas, las víctimas”

Julián Casanova: “Se dice que Franco hizo cosas buenas y se dejan de lado los costes: las torturas, las víctimas”

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Julián Casanova es un historiador preocupado no solo por encontrar y hallar investigaciones de la historia reciente, sino por entender cómo difundirla en un momento donde las fake news y los falsos mitos lo inundan todo. Por eso, dice, ha trabajado durante años en una nueva biografía de Franco, personaje de nuestra historia reciente, que se sumó al golpe de Estado contra la democracia republicana, que sometió a un país y exterminó a una parte importante de la población y murió en la cama 40 años después. Cuando se celebra el cinceunta aniversario de su muerte, se publica este libro, Franco, en la editorial Crítica. Un libro inteligente, riguroso, estructurado en pequeños capítulos que abarca desde el nacimiento a la muerte del protagonista, y que cuenta con precisión y verdad los hechos de las últimas décadas.

Un volumen asequible que trata de quitar algunas muletillas falsas que han quedado como verdaderas. Por ejemplo, eso de 'también hizo cosas buenas' o que fue artífice de un milagro económico o que no fue fascista. Un libro que evita un lenguaje recargado y que busca ser una biografía para este momento actual, sin renunciar a ejemplaridad histórica.

Se ha escrito y se ha dicho mucho sobre Franco, ¿qué aporta esta biografía en el 50 aniversario de su muerte?

La biografía está planteada hace muchos años y he escrito muchos y muchos libros, artículos sobre el siglo XX español, sobre la dictadura de Franco, sobre la violencia política... Esto es un proceso de larga duración, donde el libro sale en el 50 aniversario de la muerte de Franco y lo que quiero es sintetizar todo el caudal de información que tenían y que han sacado antes muchos colegas, no solo españoles, sino hispanistas o especialistas en fascismos en otros países. Llevo mucho tiempo diciendo que la era digital está cambiando la forma de enseñar y de escribir la historia. Quería demostrar que se puede escribir de otra forma.

¿Cómo definiría esa forma?

No es solo una narración de hechos, de batallas o de análisis de interpretaciones. Además de escritor y de historiador, yo soy profesor. Quería mostrar que a toda esta gente que se ha quejado siempre de que nunca le habían enseñado el siglo XX, que va a las escuelas y creen que no llegan al siglo XX o que creen que la dictadura, la democracia, son lo mismo. Pues quería explicarles Franco en 2025.

¿Este es un libro contra esos que dicen que "Franco también hizo cosas buenas"?

Yo nunca hago libros contra algo. Lo digo porque soy historiador, indago, investigo, construyo. En la construcción es donde salen los mitos y hay que destruirlos, porque el historiador tiene que desmontar los mitos. Igual que las verdades son siempre relativas, incluida la tuya propia, sobre todo la tuya. A partir de ese trabajo, lo que está claro es que hoy se dice que Franco hizo cosas buenas, como la modernización, etcétera, y se deja de lado los costes sociales: la tortura, las víctimas. Yo lo que digo es que es que esas cosas buenas ya las hicieron las democracias que salieron tras la derrota del fascismo. Las hicieron sin necesidad de tortura sistemática, de violación sistemática de derechos humanos, sin necesidad de llevarse a la tumba tanta gente. Sin muertos en las cunetas, sin costes sociales. Claro, hubo pantanos, presas, inauguraciones, la playa, que tiene costes geográficos y ecológicos para el futuro. En el libro se explica claramente dónde estaban las democracias y dónde están las dictaduras. El problema con Franco es que es una historia que no está escrita a Gloria Nacional. O sea Franco, quieran o no, no forma parte de la patria heroica y gloriosa. Forma parte de la patria heroica y gloriosa de unos que eran muchos, pero no de todos. Y eso no es una patria.

Cubierta de 'Franco', de Julián Casanova

Cubierta de 'Franco', de Julián Casanova / Crítica

Cubierta de 'Franco', de Julián Casanova

Cubierta de 'Franco', de Julián Casanova / Crítica

Franco es una figura que no era carismática, que no estaba destinada a gobernar, pero que acabó ganando la guerra civil y sometiendo al país durante 40 años hasta morir en la cama, das algunas claves de por qué pudo ocurrir, ¿cuáles son?

Franco es un militar que va a África. Es importante, porque esos militares no están en la Primera Guerra Mundial. Creo que Franco pertenece a todos esos militares que en el 45 estaban fastidiados, pero todos fueron derrotados menos él. Franco era militar, mientras que Stalin y Mussolini no lo eran. Eso en primer lugar es importante. Luego está la suerte, bueno, puede ser. Muere Sanjurjo en un accidente de tráfico. Muere más gente. Él va teniendo más poder por eso en el Golpe de Estado, que provoca la guerra, que gana. Solo utilizando el microscopio y el telescopio se puede saber por qué Franco duró 40 años. El microscopio nos lleva a la historia de España, la interiorizamos, la explicamos; mientras que el telescopio nos lleva a ver que en el año 45, con la Segunda Guerra Mundial finalizada, no puede haber un dictador independiente. Esto es Europa, esto es la Península Ibérica, esto es geoestrategia. Y a partir de ahí, evidentemente hay un un fenómeno muy importante que algunos se lo atribuyen a la suerte, pero no es el factor fundamental y otros explican las causas. La casualidad existe, pero si quieres conocer la historia, ve a las causas.

Son esas causas las que expandes en el libro

Es que es así, hay que explicarlo. Pero pero hay que explicarlo sin analizarlo, hay que explicarlo tomándolo en serio y diciendo a la gente que cuando uno indaga en la historia necesita muchas fuentes y capacidad para difundirlo. Los historiadores, si no precisamos, si no escribimos para la gente. Somos personas ajenas a la sociedad. Estamos muy bien en nuestra torre de marfil, pero necesitamos algo más.

Ya que mencionas lo de difundir la historia, entre los agradecimientos, mencionas a M, el hijo del siglo, la novela histórica de Antonio Scurati, que ha sido adaptada a serie de televisión con Mussolini como protagonista. ¿Sería posible una serie sobre Franco que utilizara, por ejemplo, tu libro?

Sobre la primera serie que hubiera sobre Franco, la gente diría otra serie sobre Franco y entonces alguien tendría que contestar que en todo caso hay películas y que tampoco hay tantas. Creo que Italia hoy está peor, desde ese punto de vista, porque Meloni esta banalizando totalmente a Mussolini, pero Italia está mucho más preparada para hacer esas cosas, evidentemente. Y España tiene más problemas. A lo mejor ni siquiera se permitiría hacer esa serie. Estamos en un contexto en el que hay que explicar todo esto, porque siempre salen esos lugares comunes de 'otra película sobre la Guerra Civil, otra película sobre Franco'. Además, esto les encantaría a los profesores de instituto.

¿Es esencial encontrar esas nueva narrativas para difundir la historia en este momento actual?

Tenemos que tomarnos las cosas en serio. Pensar que la educación es un factor fundamental. Y cuando uno escribe historia requiere un esfuerzo muy grande. La historia está al servicio de la sociedad civil.

Una cosa significativa para enganchar el libro con el presente tiene que ver con un retrato de Franco como líder político que se asemeja a ese tono de falso antisistema que vemos en Trump o en Milei y que ya estaba en el dictador español desde la Segunda República

Sí, es alguien que está en el sistema y es crítico al sistema político. Los generales pertenecen al sistema supremo, pero les parece que la política es otra cosa, que los políticos son traidores, etcétera. Hay una utilización de todo eso y una utilización de la democracia, porque en el fondo todos estos golpes ocurren cuando alguien ha abierto la espita. Cuando alguien empieza a abrir grietas, cuando alguien dice que hay que hacer reformas, cuando viene un presidente negro por primera vez. Surgen reacciones, como Trump. Por eso, es tan importante conocer la historia. La gente cree que la República fue un todo del 31 al 36 y no es así. Entremedias estuvo Gil Robles, el Partido Radical de Leroux, la insurrección de Asturias. La historia también está hecha de emociones, de pasiones y de agravios. La historia no es racional. Si la historia hubiera sido racional no hubiéramos tenido Holocausto.

Hablando de agravios, destacas la enemistad o el odio hacía los masones y Azaña... ¿por qué fue tan determinante?

Lo Azaña es muy importante, porque no solo hay un golpe contra la República y Azaña es el presidente, es que hay un intento de denigrarle constantemente. Fueron a por él, pero no lo cogieron. Murió enfermo y acosado. Todo esto es importante, todos estos agravios. Pero hay que entender que el agravio vale para explicar una anécdota. El agravio vale para explicar un fenómeno, pero la larga duración hay que entender más cosas.

¿Por ejemplo?

La corrupción. Tener tanta gente alrededor y llegar a que la corrupción no se nota, porque parezca que son austeros, cuando en realidad es algo transversal desde el principio hasta el final. O crear mitos, el mito de que ganó la Segunda Guerra Mundial, el mito de la modernización. El mito de que leía mucho, aunque no hubiera biblioteca en El Pardo. Todos esos mitos, anécdotas están hechas a mayor gloria de un personaje. Y lo entiendo. Lo entiendo porque salvo las vidas de muchas gentes y las haciendas de muchas gentes y eso hizo que mucha gente le estuviera agradecida y pertenecían a su círculo o, más bien, a su grandioso entramado.

Sobre esos mitos, fue capaz de crear distintos relatos para adaptarse a los cambios geopolíticos. Quizá si hubiera entrado en la Segunda Guerra Mundial, se hubiera acabado la dictadura, pero es que luego saca partido hasta de la Guerra de Corea

La guerra de Corea tiene una importancia capital. Es en el momento en que Truman dice que a él no le gusta nada Franco, porque se mete con los protestantes, es un dictador, pero les dice a los militares que ellos sabrán lo que hacen. Surge un matrimonio en el que alguien está vendiendo una parte de soberanía y el otro se está metiendo a un territorio estratégico porque está Gibraltar, porque es la Transición con África, porque desde ahí hay unas bases que se pueden utilizar en cualquier momento en Oriente Medio o contra la Unión Soviética. Eso es parte de esta historia. Pero sin embargo, parecía que no estaba bien contado. Por eso es tan importante la lectura transversal que hago en un mapa. También en un en un pliego de las 12 personas que saludaron a Franco, la importancia que tiene que aquí venga Ford en el año 75.

Esa ambigüedad de la política internacional hacia España y la dictadura es una constante en su libro

Esta biografía es la biografía clásica de la cuna a la sepultura, pero juego con muchas cosas transversales que uno va viendo. No las anuncio, las voy metiendo, y es transversal. Se van descubriendo detalles, a veces insignificantes. La literatura se construye con eso. Almudena Grandes y yo siempre nos presentábamos los libros y siempre hablábamos de la ficción y de la verdad. Y yo le ponía el ejemplo de Franco siempre. La diferencia entre una novela y un libro de historia es que el novelista siempre puede matar a Franco, como Tarantino pudo matar a Hitler. Un historiador no, porque hay una verdad relativa y la verdad relativa la tienes que cubrir.

Ahora que mencionas las películas, a Franco se le ha interpretado en muchas ocasiones en el cine, a veces estereotipado o caricaturizado, ¿hay algún retrato que se acerque más al Franco real?

Franco es una caricatura para muchos, pero también fue una caricatura Hitler de Chaplin. También lo fue Mussolini. La ficción creo que puede abordar cosas que nosotros no podemos. Yo no puedo hacer una caricatura de Franco, lo digo en serio. No puedo hacer una caricatura de Franco, porque Franco no es una caricatura para mí como historiador, una persona que va a África, que gana todas esas medallas, que está detrás del cálculo para ganarlas y para los ascensos, que con la República es el director general de la Academia Militar de Zaragoza, que gana la guerra, que practica unas políticas de exterminio impresionantes y muere a los 75 años en su cama, no hay una caricatura ahí. A este personaje hay que explicarlo como han explicado los grandes historiadores a Hitler y a Mussolini. Pero caben todos los puntos de vista y todos los enfoques. A mí me encanta ver todo lo de Chaplin, además creo que ha envejecido muy bien. Ahora ves Tiempos modernos y no es solo una caricatura del fordismo, es también lo que está pasando hoy con Musk.

Me gustaría acabar don dos mitos que se han difundido sobre Franco y que usted desmonta, uno es el milagro económico, lo hubo pero no lo creó él. Otro es que no fue fascista

Lo del fascismo es un cambio de relato clarísimo, y no se produce hasta que el eje ya empieza a hacer aguas. Lo primero que hace es decir que nosotros somos una nación católica y el fascismo, está pensando en el fascismo ateo nazi, no en el fascismo católico de Mussolini, no es compatible. Y a partir de se reinventa. Franco quería entrar en la guerra. Era una fascista en la Segunda Guerra Mundial. Hay muchas declaraciones de Carrero Blanco contra los judíos. Declaraciones del régimen diciendo que las democracias se han perdido la guerra, que hay una superioridad moral en los nuevos fascismos que vienen como nueva savia al nuevo orden. Está claro el cambio de relato. Sobre lo económico, es el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial quienes advierten a Franco que no va a poder mantener el país con autoritarismo, que la economía va a quebrar y entonces se lo tienen que tragar y tienen que echar a sus amigos del gobierno, para meter a tecnócratas del Opus, que buscan una racionalización de la administración para que la economía de sus familias funcione, pero sin que nada cambie, ni dejar de lado el autoritarismo. Esta es la gran reforma de los tecnócratas a partir del año 57 y sale muy bien hasta el año 74, que Arias Navarro los echa.

Pepa Blanes

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...

 

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