Jordi Cruz saca su lado más íntimo: "Si alguna vez he rezado fue por decir 'te quiero' a mi padre antes de que muriera"
El chef habla sobre su infancia, su familia y cómo ha cambiado su vida desde que nació su hijo


Jordi Cruz, uno de los rostros más conocidos de la televisión española por su papel como juez en MasterChef, ha mostrado su faceta más personal en el último episodio del videopodcast 'A solas con... Vicky Martín Berrocal'. Lejos del personaje exigente y severo que representa en el exitoso concurso de cocina, el chef se abrió y compartió aspectos desconocidos de su vida, marcados por una infancia difícil y una relación complicada con su padre.
"El padre que yo conocí en los últimos años era un padre con tendencia a estar enfadado. Si le sumas que no fueron años fáciles, seis hijos. Mi madre ha regalado su vida a la familia. Es una heroína y quiero corresponder su sacrificio", explicó Cruz. En una conversación con Martín Berrocal, recordó cómo su padre, que comenzó a trabajar a los doce años, cargó con muchas frustraciones que acabaron influyendo en la dinámica familiar.
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El chef confesó que esa experiencia dejó huella en su forma de sentir: "Tengo la misma enfermedad que mi padre, que a veces no sabes sentir". Explicó que su progenitor no era expresivo ni cariñoso, y que nunca le dijo "te quiero" en vida. Sin embargo, narró un momento especialmente emotivo: "Si alguna vez he rezado fue por decir 'te quiero' a mi padre antes de que muriera. Tenía alzhéimer y el día que murió yo hice la última guardia. Miré en esos ojos en los que ya no había nada y pude decirle: 'Te quiero'. Murió a las dos horas. Espero que lo escuchara".
Cruz también reconoció que, al igual que su padre, le cuesta expresar sus emociones. "A mí me pasa lo mismo, me cuesta mucho expresarme. Le debo mucho a mi padre porque supe que no quería ser así, como él", afirmó.
En la charla, el chef también abordó cómo la pandemia cambió su forma de ver la vida. Asegura que fue un punto de inflexión en el que encontró estabilidad y amor. "La pandemia me sirvió para descubrir que en mi casa tenía un nido, puse el nido bonito y encima me enamoré, me casé y nació un niño que me ha hecho tener miedo a morirme", reveló. Hasta entonces, no había sentido temor a la muerte, pero desde el nacimiento de su hijo siente la necesidad de protegerlo: "Antes me podía morir porque nadie me necesitaba para nada. Ahora sí me necesitan. Mi hijo es bueno. Me han regalado algo que no me merezco.