Dos árbitros renuncian a pitar al equipo de su región por seguridad: "Cuando cometía errores, no era tan seguro caminar por la calle"
Los italianos Marco Guida y Fabio Maresca, de la Serie A, denuncian el clima de hostilidad que se ha instalado en el fútbol y en especial en Nápoles

El árbitro Marco Guida dirige un partido de la Serie A de Italia / SOPA Images

El clima de tensión en relación al arbitraje ha llegado a ser irrespirable en algunas zonas. Allá donde el fútbol se vive de manera más enfervorecida, los colegiados se han convertido en objetivo enemigo con cada señalización controvertida. Bien lo saben en Italia, donde los casos de agresiones al colectivo se han sucedido a lo largo del curso y la última, con un árbitro de 19 años como víctima en un encuentro sub-17, ha sido la gota que ha colmado el vaso. Las protestas vienen sucediéndose desde entonces y ya ha tenido sus primeras consecuencias en la élite, donde dos de los trencillas más reconocidos, Marco Guida y Fabio Maresca, han decidido renunciar a la posibilidad vigente en la Serie A de dirigir a los equipos pertenecientes a su misma región.
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La Gazzetta dello Sport se hace eco de los testimonios de Marco Guida, que arrojan luz sobre el hostigamiento que sufre su colectivo incluso fuera de su horario laboral. El italiano pone voz a una reflexión sobre la deriva que ha tomado el fenómeno fan en Nápoles, donde reside al igual que su colega de profesión Fabio Maresca: "Somos gente decente. Fabio Maresca y yo podemos arbitrar con seguridad en Nápoles y es muy probable que suceda. Tanto Fabio como yo hemos decidido no arbitrar en Nápoles porque el fútbol se vive de manera diferente a otras ciudades como Milán. Hemos hecho lo que creemos que era más apropiado".
"Quiero estar tranquilo"
"Vivo en la ciudad de Nápoles y vivo en la provincia. Tengo tres hijos y mi esposa tiene un negocio. Es una elección personal. Por la mañana tengo que recoger a mis hijos y quiero estar tranquilo. El fútbol se vive con mucha emoción. Cuando cometía errores, no era tan seguro caminar por la calle o ir de compras. Pensar en cometer un error al conceder un penalti y no poder salir de casa durante dos días para realizar mis actividades deportivas no me hace sentir sereno", amplió, ateniéndose a la "libertad" que le han dado desde su organismo para dar este paso.
Las palabras de Guida ponen sobre la mesa una pasión descontrolada que ha llegado a convertirse en un problema en el país transalpino. Parte de culpa, señala además, radica en los medios de comunicación: "Presentan al árbitro como la figura del enemigo al que hay que insultar".
Los casos son ya incontables, pero precisamente los que suceden en la Serie A son los más visibles. En la sombra quedan otros casos de acoso en el fútbol modesto de Italia que solo ven la luz cuando traspasan límites de violencia. En ellos puso el foco Guida en esta entrevista: "Me llamó la atención la escena de una madre de un niño que, mientras un joven árbitro era agredido, le gritaba 'vendido'", comentó, hablando sobre la cruda realidad de que "estos chicos arbitran por 30 euros por partido, lo que equivale a una pizza, y lo hacen solo por pasión y respeto a las reglas". Los árbitros dicen 'basta'.




