La frase mal atribuida a Sherlock Holmes que hemos repetido hasta la saciedad: no, nunca la dijo

Madrid

Sherlock Holmes es uno de los personajes literarios más famosos de la historia. Este detective privado de ficción fue creado en 1887 por el escritor británico Arthur Conan Doyle, y ha llegado hasta nuestros días gracias a su ingenio y astucia, pero también por la presencia constante de su inseparable compañero, el Dr. Watson. Holmes está inspirado en una persona real: el cirujano y profesor escocés Joseph Bell, de quien se decía que, con solo observar el aspecto y la vestimenta de un paciente, era capaz de deducir su vida y sus costumbres.

Pese a que Sherlock Holmes está basado en una figura real, como buen personaje de ficción presenta rasgos y comportamientos que se alejan bastante de Bell. En SER Historia, Nacho Ares y Jesús Callejo han querido analizar lo que hay detrás de la creación de Doyle, quien fue capaz de construir uno de los protagonistas de aventuras más increíbles de la literatura.

Callejo explicó que, a lo largo del tiempo, distintos elementos se han ido añadiendo al personaje de Sherlock Holmes que no estaban en la versión original concebida por Doyle. Uno de ellos es el famoso sombrero a cuadros de cazador de gamos, que fue “un añadido posterior realizado por un ilustrador de la Strand Magazine, la revista donde se publicaban prácticamente todos sus relatos”.

Además, según Callejo, la pipa tampoco era “un elemento genuino de Sherlock Holmes”, sino que se incorporó décadas después, “en una dramatización teatral de uno de sus relatos”. Pero no solo los complementos fueron añadidos con el tiempo: también algunas frases muy icónicas, que hoy día se asocian automáticamente con el personaje, nunca aparecieron en las novelas originales.

La frase más icónica de Sherlock Holmes

“La frase 'Elemental, mi querido Watson' tampoco aparece en ninguna de las novelas”, afirmaba Callejo. En realidad, explicó el escritor, Holmes sí pronunciaba la palabra “elemental” en algunos relatos, pero no fue hasta 1939, con Doyle ya muerto, cuando en la película Las aventuras de Sherlock Holmes, apareció por primera vez la frase completa, se popularizó y comenzó a utilizarse constantemente en películas, series y libros escritos por otros autores.

Este es solo un ejemplo más de cómo un personaje que ha trascendido a la historia, debido a su enorme popularidad y exposición mediática, ha sido objeto de múltiples transformaciones. La mayoría de ellas ocurrieron antes incluso de que cobrara vida en la pantalla, cuando cada lector se imaginaba al detective de forma muy personal.

Joseph Bell, el ‘padre’ de Sherlock Holmes

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