El negocio de la reconstrucción de Ucrania: no solo Trump quiere sacar beneficio
Países como Polonia o Turquía han mostrado su intención de obtener rédito del futuro del país una vez que termine la invasión de Rusia, mientras que socios europeos buscan ahora el conocimiento adquirido por los militares ucranianos en la guerra

El negocio de la reconstrucción de Ucrania: no solo Trump quiere sacar beneficio
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Madrid
Representantes de Ucrania y de Estados Unidos volverán a reunirse el día 24 para negociar el acuerdo para la gestión de minerales ucranianos. El gobierno de Kiev intenta vender esta negociación como un acuerdo beneficioso para ambas partes, si bien ha sido la condición impuesta por Donald Trump para mediar con Rusia de cara a un acuerdo de paz. El nuevo inquilino de la Casa Blanca no ha escondido que busca obtener beneficio económico de esa labor negociadora, ya que calcula que su país puede captar medio millón de dólares en base al futuro pacto que incluirá una mayor asociación económica entre Kiev y Washington.
Ahora bien, este camino abierto por Trump empieza a ser visto como una oportunidad por otros países, que ven en el futuro de Ucrania un buen momento para sacar rédito de un país con partes arrasadas por los misiles rusos. El gobierno de Polonia, por ejemplo, ha confirmado esta semana que espera que empresas polacas puedan participar en la reconstrucción ucraniana y ha deslizado que puede ser una condición para seguir prestando ayuda a Kiev.
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Una línea que estudian otras naciones como Turquía, por ejemplo. En un reciente encuentro en Ankara entre representantes del gobierno ucraniano y el turco, se puso sobre la mesa la posibilidad de que empresas de este último país inviertan en el procesamiento de materiales como el litio, el titanio o el manganeso. En Italia, los consorcios especializados en la internacionalización de las empresas del país consideran que se abre una gran oportunidad financiera en Ucrania y detallan los préstamos a los que pueden optar aquellas compañías dispuestas a participar en la reconstrucción del país.
Negocios indirectos y proyectos paralizados
Hay países como Noruega donde el debate público ha girado recientemente en torno al beneficio indirecto obtenido por la guerra. Economistas y prensa especializada en ese país han criticado que mientras que Noruega ha obtenido importantes beneficios por la subida de los precios del gas y del petróleo derivados de la invasión de Ucrania, ni las autoridades ni las empresas privadas han decidido canalizar parte de esos beneficios de vuelta a Ucrania.
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El Ministerio de Exteriores de Noruega ha argumentado que este escenario es una consecuencia lógica de las fuerzas que operan en el mercado y se ha preguntado si cuando los precios bajan hay compensaciones para quienes no obtienen tantas ganancias. En paralelo, Noruega ha incrementado sus exportaciones de gas a la Unión Europea más de un 10% desde el inicio de la invasión. Las ayudas destinadas desde Noruega a Ucrania son más bajas en términos porcentuales a las de sus socios escandinavos, cuyo beneficio por la subida de los precios de la energía es menor.

Ayudas a Ucrania por país europeo. Cuanto más oscura es la tonalidad de azul, mayor es la cantidad de dinero destinado a Ucrania. / Instituto Kiel

Ayudas a Ucrania por país europeo. Cuanto más oscura es la tonalidad de azul, mayor es la cantidad de dinero destinado a Ucrania. / Instituto Kiel
Otra posición relevante es la de países que echan marcha atrás en proyectos de ayuda a Ucrania por temor a que puedan tener una consecuencia negativa para ellos mismos. Es el caso por ejemplo de Bulgaria, que ha rechazado finalmente vender dos reactores nucleares a Ucrania tal y como ya habían acordado ambos países.
El gobierno búlgaro argumenta ahora que necesita esa capacidad nuclear para su propio sostenimiento energético en el entorno actual de subida de precios y ante el temor a las consecuencias de la agresiva política exterior de Donald Trump. Ucrania pretendía hacerse con estos reactores para una central aún en funcionamiento en el oeste del país, y Bulgaria ya había pedido un precio superior a los 600 millones de dólares que ofrecía Kiev.
Entrenamiento inverso
En este escenario de búsqueda de beneficios, otro camino que comienza a abrirse es el de buscar el conocimiento que han adquirido los soldados ucranianos en el frente. Si bien desde el inicio de la invasión varios países europeos han destinado expertos, fondos y tiempo al entrenamiento de soldados de Ucrania, ahora el proceso puede revertirse.
Dinamarca es el primer país que ha anunciado que ahora su ejército necesita aprender del de Ucrania. El país va a enviar soldados desarmados a Ucrania para adquirir experiencia en el manejo de drones. La decisión ha levantado polémica en el país, ya que el embajador de Rusia en Dinamarca ha reaccionado recordando que las instalaciones militares a las que van a acudir los soldados daneses a entrenarse pueden ser objetivo de los misiles rusos.
Antonio Martín
Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó a la Cadena SER en 2005 y desde entonces ha formado...




