Los retos del nuevo papa: el futuro de la Iglesia después de Francisco
El pontífice ha muerto a los 88 años por problemas de salud en su residencia de Santa Marta en el Vaticano. Los teólogos analizan el futuro de la Iglesia tras su muerte
El cardenal de Malina, Luis Antonio Tagle, celebra una misa presidida por el Papa Francisco en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, el 06 de enero de 2025. Agencia Anadolu.
El 13 de marzo de 2013, Jorge Mario Bergoglio fue elegido Papa tras la renuncia de Benedicto XVI. Con su nombramiento, el argentino se convirtió en el primer pontífice americano, sucediendo a Juan Pablo II, de origen polaco, y al alemán Benedicto XVI. Tras impartir la bendición del Domingo de Resurrección a los fieles, Francisco falleció este lunes a los 88 años en su residencia de Santa Marta, en el Vaticano, por un ictus cerebral, tras una larga lucha contra problemas de salud.
Los teólogos aseguran que a lo largo de más de una década, Francisco ha marcado su pontificado con un enfoque cercano, promoviendo una iglesia más abierta y comprometida con las periferias. Sus esfuerzos por incluir a comunidades históricamente marginadas y combatir la corrupción en el Vaticano le han valido tanto reconocimiento como críticas.
El papa Francisco saludando a una multitud de más de 100.000 personas que llenaron la Plaza de San Pedro, minutos después de ser nombrado pontífice el 13 de marzo de 2013 en Roma, Vaticano / Getty Images.
El papa Francisco saludando a una multitud de más de 100.000 personas que llenaron la Plaza de San Pedro, minutos después de ser nombrado pontífice el 13 de marzo de 2013 en Roma, Vaticano / Getty Images.
Un papado reformista
Francisco inició su pontificado con la promesa de una reforma profunda para lograr una iglesia más inclusiva y humilde. Desde entonces, ha impulsado cambios en la estructura del Vaticano. Onésimo Díaz, historiador y subdirector del Centro de Estudios Josemaría Escrivá, destaca que el papa "ha hecho una limpia de personas que tenía que cambiar. Ha habido juicios, sistemas anticorrupción que eran necesarios en la iglesia, pero ese proceso toma tiempo".
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Primeras palabras del papa Francisco I
Las reformas han sido bien recibidas por algunos sectores, pero también han generado tensiones dentro del Vaticano. "Muchos colegas de izquierdas y progresistas aplaudieron las primeras medidas del papa, pero con el paso del tiempo, algunas personas se han desconcertado y protestado", explica Díaz.
Pedro Castelao, doctor en Teología, considera que el proceso de transformación ha sido clave para devolver a la iglesia su misión evangelizadora y su conexión con los marginados. "La iglesia o vive encorvada sobre sí misma, o bien abandona ese modelo y se pone en camino. La idea de Francisco es que la iglesia aligere peso, se despoje de inercias del pasado y del sedentarismo".
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Uno de los aspectos más destacados del pontificado de Francisco ha sido su apuesta por una iglesia más cercana. Desde sus primeras intervenciones, el papa ha mostrado una apertura en temas como la migración, la comunidad LGTBQ+, el papel de la mujer en la iglesia y el acercamiento a los jóvenes.
En cuanto a la comunidad LGBTQ+, Francisco ha adoptado una postura más abierta que sus predecesores. Su famosa frase "¿Quién soy yo para juzgar?" en referencia a los sacerdotes homosexuales marcó un cambio de tono dentro de la iglesia. Ha reiterado en varias ocasiones que los homosexuales deben ser acogidos con respeto. "Es una injusticia que haya personas que son discriminadas por su orientación sexual", subraya Castelao.
El Papa Francisco conversa con Laura Esquivel, una mujer transgénero paraguaya, en una audiencia el 27 de marzo de 2024 / Getty Images.
El Papa Francisco conversa con Laura Esquivel, una mujer transgénero paraguaya, en una audiencia el 27 de marzo de 2024 / Getty Images.
Su preocupación por los jóvenes también ha estado presente en sus discursos y encuentros, como las Jornadas Mundiales de la Juventud. Francisco ha hecho un esfuerzo por utilizar un lenguaje cercano que conecte con las nuevas generaciones. Según Ángel Cordovilla, teólogo y catedrático de la Universidad Pontificia Comillas, "este papa, por la cultura popular que tiene, por su experiencia pastoral concreta, usa imágenes y un lenguaje que llama la atención a los jóvenes y a quienes estaban en una situación de mayor lejanía con la iglesia".
Para el papa Francisco, la iglesia debe ser un espacio donde todos tengan cabida, sin importar su origen, género o situación personal. Su visión ha generado resistencias dentro de los sectores más conservadores del clero. Como señala Román Ángel Pardo Manrique, decano de teología de la Universidad Pontificia de Salamanca, "el papa no está preocupado por parecer progresista o conservador, sino por hablar de lo que a la gente le preocupa".
Un líder moral en un mundo en guerra
Uno de los ejes centrales del pontificado de Francisco ha sido su denuncia de la guerra y su insistencia en la necesidad del diálogo como herramienta de resolución de conflictos. Desde el inicio, ha afirmado que el mundo vive una "tercera guerra mundial en trozos", con conflictos en Ucrania, Gaza, Palestina y otras regiones. Para Cordovilla, el papa "ha sido una luz y un faro moral en todo este tiempo, constatando esa situación y pidiendo en determinados conflictos que no se exacerben".
Sin embargo, su postura no ha estado exenta de críticas. A diferencia de Juan Pablo II, quien tuvo una fuerte oposición a la guerra de Irak, Francisco ha adoptado un enfoque más moderado, confiando en la oración y el diálogo. "Siempre se puede hacer más", reconoce Onésimo Díaz, aunque destaca que cada pontífice tiene su propio estilo de abordar los conflictos internacionales.
Pedro Castelao enfatiza que la voz de Francisco ha sido fundamental para mantener un equilibrio moral. "Me parece que es la única voz cuerda en el gallinero de la globalización actual, donde predominan las voces más radicales y polarizadoras, como en Estados Unidos con Trump, con la figura dictatorial de Putin, con la oleada de venganza de Netanyahu o con la hegemonía económica y de control de China bajo Xi Jinping".
¿Un papa asiático o africano?
El Papa Francisco asiste a una audiencia con cardenales y obispos el 20 de diciembre de 2024 en la Ciudad del Vaticano / Getty Images.
El Papa Francisco asiste a una audiencia con cardenales y obispos el 20 de diciembre de 2024 en la Ciudad del Vaticano / Getty Images.
Francisco fue el primer papa no europeo. Durante su pontificado ha cambiado la composición del Colegio Cardenalicio, con una mayor presencia de cardenales de África, Asia y América. Esto podría abrir la puerta a un sucesor de estos continentes. Actualmente, hay 252 cardenales, de los cuales 138 son electores, es decir, que pueden participar en el conclave para elegir al nuevo papa.
Pardo Manrique, lo ve como una evolución natural: "La Iglesia se va a abrir. Es parte de la esencia de la catolicidad. En una sociedad globalizada, todos somos vecinos. Claro que puede ser de cualquier lugar del mundo el papa. Siempre podría haber sido, pero ahora se ve de manera más palpable".
Ángel Cordovilla refuerza esta idea: "Europa ha dejado de ser el centro. Francisco ha renovado dos tercios del cónclave y la mayoría de los cardenales proceden de ámbitos no europeos. Hay casi un 75% de probabilidades de que el próximo papa sea asiático, africano o americano".
Sin embargo, no todos los expertos creen que un papa africano sea la opción más inmediata. Julio Martínez Martínez, doctor en Teología, señala que "por la misma situación de la iglesia en África, en este momento no es tan fácil. Pero que pueda ser asiático, perfectamente, o que vuelva a ser americano". Onésimo Díaz es más tajante: "En el siglo XXI seguramente veremos un papa negro. Es probable que suceda y lo podamos ver".
La elección del próximo papa será crucial para definir el rumbo de la iglesia. Si bien la mayoría de los cardenales han sido nombrados por Francisco, lo que sugiere una línea continuista, la historia muestra que los cónclaves pueden ser impredecibles.
"No creo que vaya a haber un papa que de repente haga un giro de 180 grados. No sería lógico", opina Cordovilla. Sin embargo, como recuerda Pedro Castelao, en los cónclaves "el cardenal que entra papa, sale cardenal", todo es impredecible.
