Las mejores ideas surgen en la ducha

En el programa de hoy, Raquel Mascarque ha apostado por profundizar en la creatividad a partir de esta pregunta: ¿Por qué se nos ocurren ideas creativas en la ducha?

Ayer, 21 de abril, se celebró el Día Mundial de la Creatividad y la Innovación, y la periodista especializada en psicología emocional pone de manifiesto una cuestión bastante generalizada.

A veces, las ideas brillantes llegan justo cuando no las buscamos: en la ducha, cocinando, paseando… Esto pasa porque se activa una red del cerebro llamada “red neuronal por defecto”, afirma Raquel Mascaraque. Es como si nuestro cerebro entrase en piloto automático y empezase a conectar ideas sin que te des cuenta.

Este estado de “soñar despierto” se asocia con la autorreflexión, la memoria autobiográfica y la imaginación. Aunque pueda parecer inactiva, esta red está constantemente activa cuando no estamos concentrados en una tarea específica.

No obstante, esta red por defecto no es la única en el cerebro que afecte a la creatividad. La magia del cerebro es que está completamente conectado, no funciona por bloques. Tal y como explica la periodista, hay tres redes que se involucran más cuando somos creativos.

La primera es la red ejecutiva, que se activa cuando estamos concentrados en crear algo. Por ejemplo, los guionistas de 'Si amanece nos vamos' están escribiendo la siguiente historia de detectives y, de repente, reciben una notificación de WhatsApp. El cerebro activa la red ejecutiva para bloquear la distracción y mantenerte enfocado en lo importante, la historia.

Además de esta, también poseemos la red por defecto, que se da cuando estamos relajados. Lo que hablábamos de las ideas de la ducha o dando un paseo. Tu mente divaga y recuerda momentos del pasado o de un futuro posible. El cerebro está currando incluso cuando parece que solo estás mirando las musarañas.

Y, por último, la red de prominencia, que decide cuándo algo merece nuestra atención. Mascaraque nos plantea imaginar que estamos conduciendo por una carretera tranquila y pensamos en nuestras cosas, y de repente, un ciclista aparece inesperadamente en nuestro carril. La red de prominencia se activa para alertarnos del peligro y dirigir nuestra atención hacia el ciclista.

La existencia del hemisferio creativo y el racional, ¿verdad o mito?

Siempre se ha dicho que el hemisferio derecho es el creativo y el izquierdo el racional, ¿eso es así?

La periodista se propone desmentir uno de los grandes mitos: no existe un lado “creativo” y otro “lógico”. Como comentaba Raquel Mascaraque, el cerebro está completamente conectado y para que surja la creatividad, se activan muchas zonas que están tanto en el hemisferio izquierdo, como en el derecho.

Así que la próxima vez que digáis “yo es que soy muy de hemisferio izquierdo”… ¡Ya sabéis que es un mito!

Una vez ya nos hemos puesto a desmentir mitos, ¿por qué no continuar? El equipo de 'Si amanece' le pregunta a Mascaraque lo siguiente: "La creatividad, ¿se nace con ella o se hace?"

La periodista responde que "hay gente que tiene más facilidad y que son personas creativas de forma innata, pero también se entrena". "De hecho, estar relajado activa las ondas alfa", continúa, y eso ayuda a que las ideas sean menos obvias. Es decir, más creativas. Aquí estaría la razón de por qué cuando más presionamos… menos ideas aflorar.

Pero, ¿cómo podemos entrenar la creatividad? Raquel Mascaraque nos da algunas pistas: captar información sensorial (mirar, oler, escuchar más), cambiar de rutinas (desde otra ruta al trabajo hasta hablar con gente distinta), conectar con nuestras emociones, aburrirse, hacer zoom out de los problemas o dejarse llevar con un brainstorming sin filtro.

Otras de las cuestiones que pueden surgir cuando se trata de creatividad es qué hacer cuando se está bloqueado. "La creatividad no es cosa de genios, ni de artistas con gorrito; es una forma de ver el mundo, de resolver, de expresarse", sentenciaba la periodista. Y sí, a veces está dormida porque el juicio y el miedo la tapan. Pero sigue ahí. Solo necesita un poco de espacio, menos presión… y quizá una buena ducha.