El alto precio a pagar por interpretar a Jesús en 'La pasión de Cristo': el actor casi muere durante el rodaje

Madrid

Hace ya varias décadas, concretamente en el año 2004, Mel Gibson presentó La pasión de Cristo. Una película, que generó una gran controversia desde antes incluso de que se estrenara en los cines de todo el mundo, que narra los últimos momentos de la vida de Jesús de Nazaret. Desde su oración en el Huerto de Getsemaní hasta su muerte en la cruz. Todo ello desde una mirada muy realista en la que se ve con pelos y señales los maltratos que sufrió Jesucristo a manos del ejército romano durante sus últimas horas de vida antes de acabar colgado en la cruz.

Después de valorar distintas opciones, el director estadounidense confió en Jim Caviezel para interpretar a Jesús de Nazaret. Un ferviente católico, tal y como hemos descubierto en el último episodio de Sucedió una noche, que quería ser el mejor Jesucristo que se hubiera visto nunca en el cine. Tanto que incluso llevó a su cuerpo hasta el límite para conseguirlo: "El objetivo era que la gente no me viera a mí, sino a Cristo”.

Un rodaje accidentado

Y es que el rodaje fue muy complejo en todos los sentidos. Principalmente durante las escenas en las que los romanos torturaban a Jesucristo, pues el actor estadounidense acabó sufriendo todo tipo de lesiones, a cada cual más grave: "Durante el rodaje recibió latigazos involuntarios, magulladuras y se le dislocó un hombro cuando la cruz se le calló encima". Por si esto fuera poco, la película se rodó en invierno y el actor tenía que pasar largas horas de rodaje prácticamente desnudo, lo que le provocó una hipotermia que estuvo a punto de acabar con su vida.

Sucedió una noche colección | Especial Semana Santa

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Así lo daba a conocer el propio actor durante una entrevista, en la que reconocía que los médicos llegaron a temer por su vida: "Al final de la película, en las escenas de la cruz, mi cuerpo estaba azul por el frio y por el dolor. No, no era maquillaje, me había dislocado un hombro y, cuando me bajaron, estaba ya sin fuerzas, al borde del desmayo". De ahí que el equipo de producción llamara rápidamente a un médico para que analizara al actor y determinara su estado de salud.

Al actor le cayó hasta un rayo encima

Y fue entonces cuando los médicos le recomendaron parar: "Un médico me auscultó y le dijo a Mel Gibson que corría peligro de muerte. Entonces Mel me preguntó si seguíamos adelante yo yo le dije que sí, porque esto era algo entre Dios y yo". De esta manera, el rodaje siguió adelante incluso aunque el actor no estuviera en condiciones para seguir con su papel.

Por si eso fuera poco, el actor también recibió la caída de un rayo que afortunadamente solo le quemó el pelo: “No escuchaba nada, ni el viento ni la tormenta. Y de pronto, esa luz cayó desde el cielo sobre mí y me tiró al suelo. Lo que la gente vio una iluminación que envolvió mi cuerpo y un fuego que salía a la izquierda y a la derecha de mi pelo. Sí, me había golpeado un rayo".