Manuela Carmena, sobre la 'nueva política': "Aunque el objetivo fuera diferente, las formas seguían siendo las mismas que antes"

Madrid

En una época marcada por el ruido, la polarización y el descrédito hacia lo público y las instituciones, se publica un libro que apuesta por dos herramientas esenciales, aunque cada vez más ausentes en la vida política y social: la imaginación y la negociación.

Se trata de Imaginar la vida. Cuatro décadas transformando lo público, un ensayo firmado por Manuela Carmena, exalcaldesa de Madrid, jueza y figura ampliamente reconocida por su compromiso con la justicia social. Carmena reivindica en sus páginas la importancia de la empatía como una cualidad indispensable para cualquier servidor público. “Te tiene que gustar la gente”, parece resumir, como punto de partida para entender al otro y buscar soluciones colectivas.

Muchos españoles la conocieron en 1981, cuando fue entrevistada por Carmen Maura en el programa televisivo Esta noche. Desde entonces, su trayectoria ha estado marcada por una visión profundamente humana de la política y lo público. Este nuevo libro invita a recuperar esa perspectiva, con propuestas que nacen de la experiencia y del deseo de construir un espacio común más justo y dialogante.

"La judicatura tiene también mucha relación con el cuerpo social, y con la confrontación tan ridícula que se vive en la actualidad las mentes de la judicatura están empequeñeciendo. Mi generación de jueces estábamos descubriendo la joya de vivir en democracia y en libertad", ha comenzado Carmena rescatando su faceta como juez en la presentación de este nuevo libro en La Ventana.

Sobre la necesidad de transformar el funcionamiento de las instituciones, Carmena ha señalado que el primer paso es entender bien los problemas. "Hay que hacer un buen diagnóstico y luego ya ver qué tipo de actitudes pueden dar resultado. Ha criticado también la falta de compromiso político con la reforma de la administración pública, un tema que considera central. "El tema de la reforma de la administración, que es absolutamente necesaria, es que realmente quienes son responsables de esta administración son los políticos, pero no quieren hacerse con ella. La derecha no cree en la administración y la regala a la empresa privada y el resultado es malísimo".

Recordando su relación con colectivos de jóvenes activistas, Carmena ha reflexionado sobre cómo muchas veces los políticos dejan que las formas sustituyen al fondo: "Yo tenía una gran sintonía con unos colectivos de jóvenes que querían cambiar la manera en la que los grupos políticos incidían en la sociedad. Me di cuenta de que, aunque el objetivo fuera diferente, las formas seguían siendo las mismas que antaño y por eso las cosas no funcionan. Te centras en las formas y acabas olvidando cuál era realmente el objetivo".

Además, la exalcaldesa ha reconocido que, aunque no era su plan original, llegó a plantearse liderar una candidatura. "Siempre tuve la esperanza de poder cambiar las cosas, de poder convencerles. Tuve un equipo del que estoy muy agradecida", ha contado.

Carmena también se ha distanciado de los encasillamientos ideológicos rígidos y ha apostado por una revisión profunda del pensamiento progresista, que considera imprescindible para responder a los desafíos actuales: "Siempre me han gustado cosas de diversos partidos. Nunca me he sentido cómoda en uno de los palcos, es necesario redefinir la izquierda y es uno de los objetivos".

Finalmente, ha lanzado una advertencia sobre el peligro de asumir la democracia como una estructura fija y no como un proceso en construcción. "Me preocupa muchísimo que la gente joven haya aceptado el régimen positivo de la democracia. Creo que hemos perdido la capacidad de darnos cuenta de que la democracia no es algo estático, es una organización humana que hay que cuidar. Es el momento de profundizar en lo que es la democracia en la actualidad y arreglar todo aquello que ya no funciona de ella".