Lo que la genética dice de Juan José Millás y Javier del Pino

Madrid

Llenar un tubo con dos mililitros de saliva parece fácil pero cuando los nervios por el resultado aparece no hay manera de que aquello fluya. Excepto si eres un experto “salivador” como Juan José Millás. Conseguida la proeza enviamos el test a 24Genetics que lo analizan en un laboratorio de Eurofins en Dinamarca. “Allí tienen la tecnología y las máquinas más rápidas”. Entre tres y cuatro semanas tardamos en recibir los resultados que abrimos con diferente actitud. A Juanjo le daba igual porque “a mi edad me da igual lo que me digan”. Javier y yo: “como me diga algo malo me muero”. No fue la reacción correcta en ningún caso. Los datos genéticos nos definen y acompañan durante nuestra vida porque no cambian con el paso del tiempo, pero la información que dan la tiene que interpretar siempre un genetista.

Visitamos las oficinas de la empresa que dirige Nacho Esteban y que está formado por un equipo muy joven. “El trabajo aquí está muy automatizado. Ahora mismo desarrollamos nuevas herramientas y documentamos estudios que van apareciendo y que aumentan la información de nuestros clientes” Ellos hacen test de ADN, analizan 700 mil marcadores de los más de 3 mil millones que tenemos. “El 99,9% es idéntico para todos los humanos. Nosotros analizamos el 0,1% que nos diferencia”. Los resultados se pasan por un programa de algoritmos de su propiedad y que divide la información en 7 informes, de la ancestría a la personalidad, pasando por salud y bienestar, farmacogenética, deporte, piel y cabello y nutrición. Leemos, por ejemplo, que Javier adolece de amabilidad y que la esquizofrenia y neurosis de Juanjo es algo contra los que difícilmente puede luchar porque está escrito en sus genes. Juanjo es españolísimo, a Javier se le difumina con sus antepasados franceses. Al periodista le toca ser el sapiens invasor y al escritor defender su neandertalidad. “Esta información es para echarse unas risas después de la comida del domingo con la familia” Lluís Montoliu es genetista, investigador del Centro Nacional de Biotecnología y hace la distinción entre la genética de entretenimiento y la seria, la que se desarrolla en laboratorios y que te prescribe el médico. Nacho concuerda con esto. Los test que ellos hacen no son un informe clínico. Son probabilidades genéticas a desarrollar una determinada enfermedad pero que depende de los factores ambientales y sociales. Puedes tener una predisposición al cáncer de colon, llevar una vida sana y no desarrollar jamás esa enfermedad. Y al contrario, no tener predisposición genética pero tu forma de vida propiciarlo. Lo importante es la prevención y la detección temprana.

Dicen los dos que estos informes no son aptos para hipocondríacos y que si hay alguna duda lo recomendable es acudir a un médico que decidirá si es necesario hacer un estudio más concreto y más caro que el que se hace en este tipo de empresas. Dice Lluís que lo complejo es transmitir y gestionar la incertidumbre. Porque la genética, aunque muy importante, no lo es todo.