El tentempié típico de Madrid que ahora es casi imposible de encontrar
En 'Por el principio', el actor Emilio Gutiérrez Caba ha recordado cómo era Madrid en los años 60

El tentempié típico de Madrid que ahora es casi imposible de encontrar
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La gastronomía madrileña es una de las más destacadas de toda España. Platos como el cocido, los callos, el bocadillo de calamares o las patatas bravas sobresalen en la capital y son emblemas culinarios de la ciudad. Sin embargo, también hay algún que otro postre que en su día fue muy popular y que hoy prácticamente ha desaparecido.
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En Por el principio han repasado la vida del actor Emilio Gutiérrez Caba, madrileño de pura cepa, que vivió durante su infancia y juventud en la calle Mayor, a escasa distancia de la Puerta del Sol.
"Era un barrio con tiendas pequeñas: había droguerías, farmacias, fruterías... había todo lo que ya no hay en el centro", explicaba Caba, quien añadía que "ahora el centro de Madrid es como una especie de gran comercio para extranjeros", muy diferente al Madrid que él recuerda.
Entre todos los comercios que mencionó, Caba destacó uno en particular: la mítica churrería de San Ginés, fundada en 1894, que aún sigue abierta y continúa siendo uno de los locales más famosos de la capital. Sin embargo, hay un producto que dejaron de ofrecer y que, en el siglo XIX, era uno de los tentempiés preferidos por los madrileños: los buñuelos.
Cuando Caba era joven y vivía en la calle Mayor, las calles estaban repletas de buñolerías, donde se servían cucuruchos de buñuelos de bacalao o de espinacas, un tentempié muy habitual en aquella época. De hecho, los buñuelos eran una de las especialidades de la buñolería-churrería San Ginés, que en aquel entonces no era famosa por el chocolate como lo es hoy.
Un producto que no se ofrecía en sus inicios y que hoy es uno de los mayores atractivos para los clientes
"En aquella época, la churrería de San Ginés era conocida por los churros, pero no por el chocolate, porque daban una especie de algarroba extraña", recordaba con humor Caba.
La mítica buñolería-churrería San Ginés, en sus inicios, era conocida como "la escondida" por su ubicación en el pasadizo de San Ginés, un callejón alejado del bullicio. Aquel local era frecuentado por un público bohemio del mundo de la literatura, el teatro y las artes.
De hecho, Valle-Inclán se refirió a ella como una "buñolería modernista" en su obra Luces de bohemia. Con el paso del tiempo, el local fue ampliando su presencia hasta ocupar varios establecimientos de la zona. Hoy en día, San Ginés vende unos 15.000 churros diarios, cifra que puede duplicarse durante la temporada navideña.

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