Palou: "Hay muy pocos asientos en la Fórmula 1 por los que me pensaría dejar Estados Unidos"

Un español se ha convertido en el hombre del momento tras conquistar Estados Unidos. Álex Palou hizo historia en las 500 millas de Indianápolis al proclamarse ganador de la prueba por primera vez, poniendo el automovilismo español en primera plana. Su nombre se ha convertido en el gran protagonista de la semana al otro lado del Atlántico y, entre un plató de televisión y otro, ha atendido a la llamada de El Larguero para hablar de la locura que viene viviendo desde que celebró su título.

En videollamada con Manu Carreño y José Antonio Ponseti desde Nueva York, Álex Palou lució el anillo de campeón que da fe de su gran gesta. Junto a este premio asegura que vendrá otro más 'de calle', "a medida y que no cante tanto", además de una recompensa en metálico que ha alcanzado las mayores cifras de su historia este 2025. "No me puedo quejar", admitió en la antena de la Cadena SER, con los pies en la tierra pese a todo: "Al final, aparte de lo que supone que a partir de ahora te llamen ganador no cambia mucho".

Su triunfo, reconoció, supuso cumplir un sueño que hasta hace poco pareció irreal: "Siempre como deportista te imaginas y sueñas en que un día vas a ser tú si trabajas suficiente. A lo mejor nunca lo veía realista. Soñaba con ello, pero no sabía si lo íbamos a poder cumplir o no", aseguró, sin verse palpando la gloria hasta un final de carrera en Indianápolis que le resultó eterno.

"Teníamos una estrategia un poco jodida. Tenía los neumáticos con 10 vueltas más, menos gasolina... Tuve que conservar gasolina y no podía tirar, así que iba aguantando al rebufo para no consumir tanto. Vi una oportunidad a 14 vueltas del final y funcionó. A partir de ahí, fueron las vueltas más largas de mi carrera deportiva, pero estoy muy contento", comentó Palou, ya aliviado y sabedor de que "mentalmente las 500 millas te destrozan".

"La Indycar es mi casa ahora"

La historia de Palou es la de un nuevo ídolo en la Indy500 que sobresalió después de no encontrar una puerta abierta en la Fórmula 1. Después de largos años de readaptación, asume que muy pocas ofertas podrían hacerle cambiar de parecer. "Lo intenté. Lo di todo para intentar llegar a la Fórmula 1. Era el sueño que tenía de pequeño. Es la categoría más grande del motor sport y más en Europa. Viendo todas las carreras de pequeño era donde quería estar, pero no tuve oportunidad y la Indycar es mi casa ahora. Hay muy pocos asientos por los que me pensaría dejar la oportunidad que tengo ahora en Estados Unidos", señaló el piloto.

"Lo que a mí me llama no es tener mucha fama, es ganar carreras", consideró, ahondando en los motivos por los que no contempla incorporarse a la parrilla de la F1 a estas alturas: "A nadie le gusta estar el 15º o el 22º, que cuando entras en Fórmula 1 es lo que tienes que pasar. Con 18 años te digo que lo intentaría todo, pero con 28 me queda un poco lejos".