La broma de la infancia que Steven Spielberg incluyó en el guion de 'Los Goonies': "Fue una locura"
El cineasta no dudó en recrear una de sus mayores travesuras de niño

La broma de la infancia que Steven Spielberg incluyó en el guion de 'Los Goonies': "Fue una locura"
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Eran jóvenes, divertidos y llenos de espíritu aventurero, pero el tiempo pasa para todos y ya han cumplido 40 años. Este 7 de junio se cumplió el cuadragésimo aniversario del estreno de Los Goonies, una de las películas más míticas de la década de los 80 que sigue contando con un montón de nostálgicos seguidores. Y esto están de suerte porque, recientemente, Warner ha anunciado que está en marcha una secuela que reunirá a los actores originales ya adultos. El director y guionista Potsy Ponciroli se está encargando del guion, aunque no se sabe todavía cuando se empezará a rodar.
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La película, dirigida por Richard Donner y basada en una historia de Steven Spielberg, narra la vivencia de un grupo de amigos que vive en el pueblo costero de Astoria (Oregón), cuyos padres viven agobiados por las deudas y temen que los acreedores terminen por derribar el edificio en el que viven. Pero un día, en el desván de uno de ellos preparándose para hacer la mudanza, donde encuentran un mapa que indica la ubicación de un posible tesoro. El grupo decide entonces ir en busca de ese tesoro perdido, considerando podría solucionar económicamente el problema de las deudas.
Pero con motivo de la celebración, en el último programa de Sucedió una noche, han querido recordar alguna de las curiosidades más desconocidas de la película. Entre ellas, se encuentra una que gira en torno a Spielberg. El cineasta y actor no solo hizo labores de producción, sino que también dirigió la segunda unidad en algunas de las escenas. Hay una secuencia en concreto que también tiene mucho que ver con él.

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Los Fratelli, una familia de atracadores huyendo de la policía, atrapan a Gordi (Jeff Cohen) y empieza a confesar todas sus travesuras. El personaje cuenta como fue la peor de ellas, una vez que vomitó en casa y escondió la vomitona en su chaqueta. Fue al cine y, desde el gallinero, empezó a hacer ruidos de arcadas, a la vez que la tiraba por la ventanilla.
Esa broma, en realidad, la hizo Spielberg de niño. "Antes de ir al cine hicimos una mezcla con queso parmesano, pan, leche, guisantes y crema de maíz, y lo metimos en una bolsa. Hacia el final de la película empezamos a hacer ruidos de arcadas y exprimimos toda la bolsa sobre el patio de butacas que estaba abajo. Esto causó una reacción en cadena, la gente empezó a vomitar, pararon la película y encendieron las luces, fue una locura.




