Dos paleontólogos contestan a la gran pregunta en torno a los dinosaurios con una respuesta no apta para sensibles

En la sección La Tertulia de Cómicos del programa A vivir que son dos días de la SER, los paleontólogos Jesús Marugán y Angélica Torices repasaron algunos de los errores más comunes que el cine ha popularizado y explicaron cómo la ciencia ha ido corrigiendo esas ideas con nuevos descubrimientos.

Uno de los temas que abordaron fue la imagen violenta y caótica que el cine ha construido sobre el Mesozoico. "Parece que en el Jurásico todo el mundo tenía mala leche y estaban a tortas todo el día", comentó Marugán. "Los dinosaurios contra todos: entre ellos, contra los pterosaurios, contra las primeras aves… ¡hasta hemos visto documentales donde un ave chiquitita ataca a un pterosaurio volando!"

Ambos coincidieron en que las películas no hacen daño, pero sí generan confusión. "A mí me gusta que existan, porque atraen al público. Pero luego vienen a preguntarnos: '¿Eso es de verdad?'", explicó Torices.

También hablaron del impacto de Jurassic Park en la cultura popular y en las vocaciones científicas. "El estreno de la película despertó una obsesión infantil por los dinosaurios que ha llegado hasta hoy. Mi hija, con cinco años, me pedía dinosaurios. los niños se lo saben todo", contó Marugán.

Sin embargo, el cine ha cometido errores importantes. Uno de los más evidentes es la inclusión del Mosasaurio como si fuera un dinosaurio. "Los mosasaurios son reptiles marinos, no dinosaurios", aclaró Marugán. "Imagínate la sala de cine llena y tú levantándote indignado: '¡Eso no es un dinosaurio!'"

También se refirieron a los sonidos que emitían estos animales. "He visto noticias esta semana que dicen que el sonido que emitían se parecía más al piar de un pájaro que a un rugido", comentó Marugán. Torices añadió que el estudio se basó en tomografía y reconstrucción tridimensional, y que aunque hay que matizar qué tipo de piar, "en el mundo aviano también hay sonidos horrorosos".

Sobre el aspecto físico, recordaron que en 1993, cuando se estrenó la primera película de la saga, aún no se sabía con certeza que los dinosaurios tenían plumas. "Fue en 1996, con un descubrimiento en China, cuando se vio que un dromeosaurio tenía protoplumas", explicó Marugán. "No eran plumas como las de un gorrión, sino filamentos. Pero estaban ahí."

También desmontaron la premisa central de Jurassic Park: "Eso de sacar ADN de un mosquito en ámbar es lo más inventado de todo. Lo que hay dentro del ámbar es una película carbonosa. Si lo abres, te sale un polvillo negro y ya está", explicó Marugán.

Pero lo que sí existe es la ingeniería genética inversa: "Dentro del ADN de las aves actuales hay genes de dinosaurios. Podemos activar algunos, pero no vas a tener nunca un dinosaurio como tal.