Así fue como el niño prodigio de la música española encandiló al mundo

En el programa SER Historia, el historiador Jaume Aurell, catedrático de Historia Medieval en la Universidad de Barcelona, rememoró la figura de Pablo Sarasate, el violinista navarro cuya brillantez y virtuosismo deslumbraron al mundo en plena juventud. "Fue un niño prodigio, un poco en la línea de Mozart", afirmó Aurell. Su talento lo llevó desde Pamplona hasta las principales salas de concierto de Europa y América, en una época convulsa para España.

Sarasate, nacido en 1844, comenzó a destacar desde muy pequeño. La primera gran oportunidad de su vida llegó gracias a personas que vieron en él un talento extraordinario. "Cuando empieza a despuntar es cuando llega a París, gracias a personas que confiaron en él. Vieron que se lo merecía todo este niño", explicó el catedrático.

Uno de los primeros en quedar fascinado por su talento fue Juana de la Vega, esposa de Francisco Espoz y Mina, que se convirtió en su mecenas. "Es ella la que actúa de mecenas, la que le da además una pensión para que estudie", señaló Aurell. Fue en Madrid donde Sarasate conoció a la reina Isabel II, quien también quedó impresionada por su virtuosismo. La monarca le otorgó una beca para ampliar sus estudios en París, consciente de que en la ciudad francesa se encontraba "el emporio de los grandes músicos".

Gracias a estos apoyos, la madre del joven violinista contaba con una ayuda económica significativa: "Dos mil reales proporcionados por la condesa viuda de Espoz y Mina y también por toda la ayuda de Isabel II", precisó Aurell. Ese momento, según el historiador, fue "clave tanto para París como por supuesto para Sarasate".

Las guerras carlistas

El episodio que cambió su vida ocurrió cuando tenía apenas 12 años. A pesar del peligroso contexto —España estaba inmersa en las guerras carlistas—, su padre lo llevó cruzando la frontera a pie hasta París, "casi como fugitivos". Allí, Sarasate ofreció un recital que marcó su entrada triunfal en el mundo de la música clásica.

Ampliar

Cerrar

"Ese concierto en París fue un momento clave. Lo hace con tanta perfección, tanta elegancia, tanta naturalidad que los profesores que le estaban examinando, recuerda, tenía 12 años, le dicen directamente: no hace falta que toque más. Este niño no viene a aprender a tocar, ya toca mejor que muchos de nuestros concertistas", relató Aurell. El asombro fue tal que lo admitieron directamente en el Conservatorio de París, algo nada habitual.

En muy poco tiempo, el niño navarro se convirtió en una figura internacional. "Ya a los 17 años estaba de gira por Europa y América como un prodigio internacional. Incluso llegó a ser tan famoso como Franz Liszt o como Niccolò Paganini en su tiempo", destacó el catedrático.

Aunque hoy su nombre no goza del mismo reconocimiento entre el gran público, Sarasate fue una figura fundamental en la historia de la música. Su estilo, carisma y dominio técnico lo llevaron a lo más alto del panorama artístico del siglo XIX. Fue, como lo definió Aurell, "un personaje con una proyección internacional increíble".