Alberto Velasco: "No somos un lobby del sistema, existimos desde que el mundo es mundo"
El creador presenta 'La jácara de los cuerpos imposibles' en el Festival de Almagro. Una mirada LGTBIQ+ sobre varios autores del Siglo de Oro
Alberto Velasco: "No somos un lobby del sistema, existimos desde que el mundo es mundo"
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Alberto Velasco (Valladolid, 43 años) es uno de los actores y creadores fundamentales de la escena española y lleva medio 2025 subido a un escenario. Le hemos visto recientemente interpretar a la Reina Isabel I en Orlando, de Marta Pazos, en una de las escenas más impactantes y memorables de esta adaptación del libro de Virginia Woolf. Él también lo gozó "como un gorrino en un charco", confiesa. "Desde que me llamó Marta ya tenía el hype arriba y el proyecto ha superado las expectativas en todos los niveles, en lo humano, lo artístico y en lo personal también. Ese momento es un regalo que voy a recordar siempre".
"Todo el mundo quiere amar, todo el mundo quiere ser amado", decía la reina en ese texto, tan necesitada de amor. Una frase que conecta mucho con toda su trayectoria artística, con sus creaciones. "Yo sabía que el personaje era para mí, me interpela directamente, por lo que manifiesta de palabra y también por ese reclamo de recibir una mirada bonita del mundo, desde la otredad que era. Es curioso que la otredad sea representada por una reina, pero también significa ser algo que está impuesto como un objeto de decoración, que todo el mundo mira o codicia, pero con algunos intereses ocultos. Y al final, yo también pido eso en el mundo, que nos quieran un poquito, sentir un poquito más de amabilidad en este mundo en el que es tan difícil vivir".
Alberto Velasco en 'Orlando', de Marta Pazos / Bárbara Sánchez Palomero
Alberto Velasco en 'Orlando', de Marta Pazos / Bárbara Sánchez Palomero
Alberto trae ahora al Festival de Almagro La Jácara de los cuerpos imposibles. Las jácaras eran piezas cortas y jocosas que se representaban, tipo entremés, en las comedias del Siglo de Oro. "Cuando el público no quería que se acabara la comedia, gritaban "jácara, jácara" para que continuaran con más canciones, con más historietas. Historias cortas de personajes maleantes, disidentes, de la horrura y hez del mundo, que se decía. Así que ahí estamos representadas todas las que vivimos en las cloacas", explica el autor.
La Jácara de los cuerpos imposibles es una celebración irreverente de la diversidad y la libertad de los cuerpos. "Me parece muy importante que haya obras como esta en este momento en el que todos nuestros derechos y nuestras libertades se ven amenazados. En cualquier momento nos los van a echar atrás, con lo que tarda en firmarse un nuevo decreto que alguien saque debajo de la manga. Van a ir contra nosotras y eso está en el ambiente. Entonces, que esto suceda es muy importante, es necesario y es una bomba de oxígeno".
La Jácara de los cuerpos imposibles empieza así:
Soy Alberto Velasco,
estoy aquí porque, a veces,
los proyectos lo eligen a uno.
Irene, - quizás no la conocéis,
la que está detrás de todo esto -
me lanza un guante hace unos años.
Irene es Irene Pardo, la directora del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro y esta es la tercera edición que dirige. Fue la que un día, hace dos años, se cruzó con él y le preguntó cuándo se iban a juntar el Siglo de Oro y Alberto Velasco. "Desde ese momento puse mi mirada en el Siglo de Oro y es la mirada lo que ha cambiado. Por eso creo que también es muy importante que las miradas cambien hacia el Siglo de Oro, porque, si te soy sincero, no tenía ni idea de qué iba a hacer y realmente se ha revelado hacia mí", cuenta.
Cartel de 'La Jácara de los Cuerpos Imposibles', de Alberto Velasco / Cedida
Cartel de 'La Jácara de los Cuerpos Imposibles', de Alberto Velasco / Cedida
¿Seremos el Siglo de Oro y yo materias inmiscibles, irreconciliables, sustancias dispuestas a aburrirse mutuamente?, se preguntaba el creador al afrontar este proyecto. "Yo pensé que me iba a costar muchísimo, que iba a tardar en encontrar cosas que me interpelaran y para nada, están todas ahí. No hace falta escarbar, sólo que la mirada que se le ha dado a estos textos, desde siempre, es heteropatriarcal y normativa. Entonces, a los que habitamos en las sombras, no se nos ha dado importancia o se nos ha normativizado. Pero siempre hemos estado ahí, en un montón de historias, no lejos, así que he tenido mucho de donde sacar. Solo ha sido elegir qué y cómo. Junto con Ruth Rubio, que es la dramaturga del proyecto, hemos ido decidiendo cómo hacer este Frankenstein para que nos devolviera esta manifestación de que, obviamente, siempre hemos existido. No somos una idea contemporánea, no somos una invención, no somos un lobby del sistema, somos personas que habitamos en el mundo desde que el mundo es mundo, que nuestra condición, que nuestra identidad, que nuestras relaciones afectivas han existido siempre y están ahí reflejadas. Con otros parámetros de una vida de 400 años atrás, obviamente", advierte Velasco.
La jácara de los cuerpos imposibles nos invita a gozar de la mano de Tirso de Molina, Pérez de Montalbán, Lope de Vega, Vélez de Guevara, Monroy y Silva, Guillén de Castro, Ricardo de Turia y Calderón de la Barca, que jugaron con las identidades masculina y femenina en las tramas de sus obras, en un contexto en que la transformación de lo masculino hacia el ideal cortesano convivía, no sin tensiones, con las polémicas moralistas sobre travestismo y género en las tablas de los corrales.
Y es que la obra de Velasco aborda también el tema de la censura, tan contemporáneo también. Las gentes del Santo Oficio, moralistas, El Piadoso 21 o la Inquisición. "La persecución y censura a lo woke en Estados Unidos ya está aquí. Hay un miedo tremendo y yo con esta obra hay un par de versos que me he autocensurado", reconoce. "Me siento fatal, pero tengo miedo de poner un par de versos un poquito más potentes y que luego todo el trabajo de esta función se centre en esos dos versos y nos la tiren por tierra. Porque en estos dos versos decimos una cosa picajosísima. No quiero eso, porque es ponérselo en bandeja, prefiero ser más caballo de Troya".
Que el teatro es un vergel
y el derecho a imaginarse
es eterno, no una fase,
la otredad, ser en aquel
que puede beber la miel
que lo encarne y no se olvide
que el deseo no se mide,
será nuestro el tiempo ufano
al público soberano
le daremos lo que pide.
Estamos deseando ver arder el escenario del Teatro Municipal de Almagro, los próximos 18 y 19 de julio, con esta conferencia escondida en un cabaret, con mucha poesía, danza y poesía visual. Además, Alberto Velasco interpreta a Mengo en el Fuenteovejuna de Lope que dirige Rakel Camacho para la Compañía Nacional de Teatro Clásico y que tan buena acogida ha recibido en el Festival de Almagro. Nos ha enternecido su interpretación. Y está de gira con Mover Montañas, una pieza de danza teatro que recoge sonidos milenarios y todo el folclore que atraviesa nuestra identidad mestiza. Premio al Espectáculo mas Innovador del 25 Festival Internacional TAC de Valladolid.
Alberto no para. El año que viene quiere estrenar un ballet para personas gordas, nos adelanta. Inspirado en La consagración de la primavera, de Ígor Stravinski. "Para personas gordas e investigando en la calidad del movimiento gordo", otra de sus batallas que ha recogido en sus obras, la lucha contra la gordofobia.
