Manuel Burque revela el robo más surrealista al que se ha enfrentado nunca: "Ahora es uno de mis miedos"

Madrid

La segunda entrega de Me pasa una cosa, el nuevo programa de la Cadena SER dirigido por Manuel Burque, ha girado en torno a las fobias. Mientras que el presentador ha reconocido tener fobia a las alturas, también a algunos insectos como las avispas y las cucarachas, la humorista Patricia Espejo ha compartido con los oyentes que no lleva nada bien eso de encerrarse en un ascensor porque es claustrofóbica. Y no se le ha ocurrido una mejor terapia de choque que comprarse un piso en un edificio de cinco plantas. De ahí que haya tenido que ir familiarizándose poco a poco con el ascensor y que haya podido ir subiéndose a él para poder subir a casa cada día.

Tras esta confesión, gran parte del programa ha girado en torno al pánico que tiene la humorista a los ascensores. Y es que, a pesar de que con el paso del tiempo ha podido comenzar a subirse en el ascensor de su edificio, no puede subirse prácticamente a ninguno. Tanto es así que, cada vez que tiene que hospedarse en un hotel por motivos laborales, siempre pide que le pongan en plantas bajas. Pero, como no siempre es posible, esta también guarda otros ases bajo la manga, como pedir ayuda a los responsables del hotel para poder llegar hasta su habitación.

Un robo inesperado

De hecho, y si ve nadie le ayuda, Patricia Espejo deja las maletas en el ascensor y sube andando por las escaleras para encontrarse con su equipaje en la planta indicada. En declaraciones a la Cadena SER, la humorista ha reconocido que está bastante acostumbrada a dejar las maletas en los ascensores de la misma manera que también solía dejar la compra en el ascensor de su edificio antes de poder acostumbrarse al mismo: "A veces los vecinos bajaban y subían con mis cosas".

Una confesión que ha desbloqueado una de las anécdotas de Manuel Burque, quien reconoce que le robaron unos cartones de leche por dejarlos en el ascensor: ""¿Y no te robaron nada? Es que una vez a mí me robaron unos cartones de la leche haciendo una cosa así. Fui al ascensor, vuelvo y vi que me la habían robado. ¿Quién se la habría llevado? ¿Un vecino? Ahora es uno de mis miedos".

Fíjate muy bien

Por lo tanto, y antes de dejar las compras en el ascensor de tu comunidad, comprueba primero si tus vecinos o vecinas son de fiar. Porque, tal y como ha demostrado Manuel Burque, nunca sabes quién puede robarte un cartón de leche o cualquier otro producto de la cesta de la compra.

En caso de que lo hayas hecho una vez, y no haya pasado nada, adelante. Pero, si ves que algo no va bien, tendrás que trazar otra estrategia para poder llevar la cesta de la compra a casa. Desde pedir que te la entreguen en la puerta hasta subir por las escaleras con la misma o pedir ayuda de almas caritativas que te puedan echar un cable.