Ebrovisión o cómo otro tipo de festival es posible
El festival de Miranda celebró sus bodas de plata con muchas versiones y con una sorpresa como un castillo
Lanzan confeti durante el concierto de Viva Suecia / @rodrigomenaruiz / Rodrigo Mena
Miranda de Ebro
Los tiempos cambian. Solo hace falta pasarse por cualquier festival de esos que inundan el calendario veraniego en España. Desde finales de abril hasta septiembre, casi sin respiro. Los festivaleros son muy diferentes a los que veíamos hace décadas, las inquietudes son otras y hasta la forma de consumir música ha cambiado por completo. No es que no se quiera escuchar a los artistas o descubrir nuevos grupos, es que los eventos se han transformado en una experiencia que en ocasiones se aleja del principal objetivo que tienen los festivales. Pero no todos son así. Existen pequeños reductos que resisten a esos 'pecados', como ocurre en el Ebrovisión de Miranda de Ebro, que acaba de celebrar sus bodas de plata, dejando claro que otro camino es posible.
Y eso no quiere decir que la música que se escuchó en su recinto fuese más desconocida. Para nada. Allí estuvieron bandas de todo tipo de tallas: desde los conocidísimos Viva Suecia, Xoel López, Hinds o Sexy Zebras, hasta los prometedores Toldos Verdes, Joseluis, Biela, Las Dianas o Cora Yako. Pero hubo muchas más bandas, paridad en el cartel, muchos estilos —donde cada asistente encuentra su lugar—, versiones de grupos que pasaron por las 24 ediciones anteriores del Ebro y hasta menús Estrella Michelín además de las foodtrucks. Ni colas para ir al baño o pedir una cerveza, ni solapes, ni problemas para escuchar/ver conciertos desde cualquier punto. Un pack al que se suma el gran compromiso y dedicación de la Asociación Amigos de Rafael Izquierdo, organizadores del evento que sin ánimo de lucro montan todo este tinglado, que te hacen sentir como en casa.
A diferencia de las últimas ediciones, el mal tiempo no pudo acudir al Ebrovisión, por lo que su circuito se pudo disfrutar al completo. Desde los conciertos presentación del jueves en la orilla del río Ebro (donde actuaron Upperlips) y en el anfiteatro de Miranda (con Joseluis, Mourn y Los Invaders), hasta el del Castillo donde se desveló que la gran sorpresa de este año era Vera Fauna.
Los sevillanos no se dejaron ni la corbata en casa. Kike (vocalista), como si estuviera de boda, repasó los tres discos de la banda a la hora del vermú, e hizo hincapié en el Dime dónde estamos publicado este mismo año. Salió el sol por la mañana, como bien cantan, y versionaron con mucha clase y a su forma el Típica cara de Novedades Carminha, además de aprovechar el escenario para pedir ayuda y movilizaciones en la calle —y no en las redes— por Palestina. "Hay que apoyar festivales con inversión propia y no con un fondo de inversión genocida", aplaudió al Ebrovisión mientras dejó clara su postura ante los eventos financiados por el fondo proisraelí KKR (Sónar, Viña Rock, FIB o Resurrection Fest).
Vera Fauna, la sorpresa de Ebrovisión en el Castillo de Miranda / dpcfotografo
Vera Fauna, la sorpresa de Ebrovisión en el Castillo de Miranda / dpcfotografo
Lo que no encontró es al jefe que le puteó más de la cuenta cuando trabajaba en un bar en Sevilla, y que, paradójicamente, se había convertido en fan de Vera Fauna. En Casa Carreras, que da título a su segundo trabajo, Kike alude directamente a ese empresario “buen rollo” que se la clavaba… y por eso, por muy grupi de la banda que sea, sabe que nunca se va a aprender la canción. Dio vueltas entre la gente buscando, casi con lupa, a aquel que no se supiera la letra, pero todos conocían ese pegajoso estribillo de "cinco minutos más". Los mismos que después se las gozaron despidiéndose al ritmo del Oye cómo va de Celia Cruz.
Han cantado bingo y el maullido de Hinds
24 horas antes, en la jornada del viernes, Ascua, Las Dianas y Meatbodies dieron el pistoletazo de salida del grueso del festival. Los primeros, con su hardcore directo de Burgos, fueron un desayuno potente, mientras que el proyecto de Chad Ubovich, conocido por su trabajo Fuzz —donde también está Ty Segall, viejo conocido del Ebrovisión—, fue uno de los descubrimientos del fin de semana por su garage atrapador. Entre medias, frescura directa desde Granada. La banda femenina de Las Dianas provocó los primeros saltos del Anfiteatro mientras repasaban sus dos discos Lo que te pide el cuerpo (2021) y Ya decidiré mañana (2024). Se bailó con Leggins rotos y Me jode, para poner la guinda con el caricaturesco Beef Mac y ese estribillazo de "sois el grupo que la gente usa en los festis para ir a mear". Problema que, por cierto, no existe en Ebrovisión.
Tras un paso por boxes, los DJs Optigan1 y Patrullero fueron los maestros de ceremonias de una de las grandes novedades de esta edición. El Gran Bingo Musical 25 aniversario. Sonaron todos los exitazos de indie, salvo los que estaban en mi cartón. Spoiler: no nos tocó nada. Pero vimos cómo la gente cantaba bingo y les tocaba abonos para 2026, camisetas y muchos regalos.
Con las manos vacías, pero las pilas cargadas, llegamos al recinto principal para ver a Cora Yako, que ya empezaban a guitarrear —con algún que otro fallo de sonido— su disco homónimo en el segundo escenario, rodeado de árboles y un césped que con el paso de las horas se fue convirtiendo en tierra. Significado de que la gente no se quedó quieta. Después de ellos, en el mismo lugar, Kokoshca. Los navarros presentaron un lujoso setlist gracias a su extensa discografía que va desde el Únete a Kokoshca de 2008 hasta La juventud de 2024. Precisamente este último tuvo más presencia con su Huella de ti o Parkour y un broche final con Sácame a bailar en el que colaron los estribillos de Así se baila el siglo XX de Hidrogenesse, Hamburguesas de Carolina Durante y el mítico Ritmo de la noche. Todo ello sin olvidar el homenaje al montañero Iñaki Ochoa de Olza con Asia y un hat-trick con Regresando a la ciudad, No volveré e Himno de España. Imbatible, que diría aquel.

Carlotta Cosials, vocalista de Hinds, durante el concierto de Ebrovisión / dpcfotografo

Carlotta Cosials, vocalista de Hinds, durante el concierto de Ebrovisión / dpcfotografo
Antes, en el escenario principal, las primeras en subirse fueron Hinds. Esa banda que triunfó en el circuito norteamericano y que ahora empieza a tener el reconocimiento merecido en nuestro país. Lo suyo les ha costado... Cuatro discos, un cambio de formación y mucho trabajo. Así lo explicaron Carlotta Cosials y Ana Perrote mientras la pantalla fingía ser un enorme acuario por donde pasaban peces de colores. Ponía VIVA HINDS en grande, grito que se escuchó entre el público y que da nombre a su último trabajo, aquel que pensaron que nunca iba a salir. "Veníamos de remar, muchas deudas y no podíamos continuar con la banda. Aun así, lo hicimos con pocos elementos y conseguimos hacerlo en una casa. Nos ha traído a lugares increíbles", reconocieron.
Las críticas también han sido parte de su recorrido, tanto que llegaron a decir que cantaban como dos gatos sufriendo. Lejos del berrinche, las Hinds hicieron Just like kids (Miau). Un arañazo a todos aquellos que pensaron que por ser una banda de tías no conseguirían nada. Su sonido garage pop y lo-fi es inconfundible, y paso a paso fueron soltando éxitos como Boom boom back, Coffee y Riding solo. También la versión de El mundo extraño de El Mató a un Policía Motorizado que habían ido practicando en la furgo. Su último disco coquetea con canciones en español, como En forma, un temazo que trata sobre la frustración por intentar lidiar con todas nuestras responsabilidades y estándares sociales. Himno de empoderamiento y superación personal que Carlotta Cosials escribió tras una ruptura y su 30 cumpleaños. Subidas una encima de otra, tocando teclado y guitarra, terminaron su bolo. Depresión Sonora, que interpretó su Cayetano particular (Markusiano), los agradecidos y esperadísimos Viva Suecia, Besmaya, que aprovecharon para hacer promo con un muñeco amarillo y botellazo incluido, y los franceses Rinôçérôse con su dance cerraron una primera e intensa jornada.
Toldos Verdes para luchar contra el sol y la cuenta pendiente de Veintiuno
El sábado arrancó con la sorpresa de Vera Fauna en el Castillo de Miranda y con la ya famosa comida popular que tuvo de postre un goxua espectacular. Tras llenar el estómago seguimos el mismo camino que el viernes, pero esta vez con una charanga que marcó el camino primero al Anfiteatro y después al recinto principal. Pinpilinpussies encendieron la mecha (con camisetas del Mirandés incluidas) y Toldos Verdes se llevaron los primeros saltos del día.
Los de la Movidita Madrileña, con un estilo que recuerda a los primeros Carolina Durante o Camellos, tocaron todo su repertorio. Corto pero intenso. Su debut homónimo es un golpe de rabia e ironía que dará un salto con su próximo disco que verá la luz en marzo de 2026. Se pudo comprobar esa madurez en los próximos adelantos (Que no y Paz mundial) que el público de Ebrovisión ya ecuchó. Me quiero, Amor vampiro, Que te besé y Si por mí fuera (top 20 de Fuego y Chinchetas en 2023) mostraron su lado más romanticón sin perder el tono pop-punk. El cuarteto siguió con dos versiones: el Candy de Rosalía que los madrileños transforman en Chuche y, siguiendo la línea de Hinds, La noche eterna de Él Mató. El remate fue con Formigal y sus burlonas frases "ya no hay nieve en la montaña ni en el baño" y "me hago el chulo, soy Jon Snow".

Toldos Verdes tocan en el escenario del Anfiteatro del Ebrovisión / @dpcfotografo

Toldos Verdes tocan en el escenario del Anfiteatro del Ebrovisión / @dpcfotografo
A diferencias de las últimas ediciones (que coincidió con el cambio de recinto de indoor a otro al aire libre), donde un chubasquero se agradeció, los conciertos fueron de sudar, como con Airbag y los hinchables que se lanzaron mientras sonaba, entre otras, Territorio Dagger o Comics y posters. También el Aquellos ojos de Mujeres. ¿Y por qué tantas versiones? Por petición expresa del festival. Todos deberían cantar un tema de bandas que hubiera pasado por Ebrovisión... por lo que, a los ya contados, se sumaron Incendios de nieve, de Love of Lesbian, que interpretaron Veintiuno, y Vidas cruzadas, de Quique González, cantada por Xoel López. Los de Toledo se resarcieron de la cancelación por lluvia en el 2024 y dejaron un certero directo mientras caía la noche sobre Miranda. De Perder los modales hasta La vida moderna, sin dejarse los luchadores Cabezabajo, Mañana lo dejo y Dopamina, que les pusieron en el mapa indie.
Xoel López no necesitó presentación. Llegó y se adueñó del escenario principal con una calidad sonora y atmosférica con la que paró el tiempo. Que no, de su extinta banda Deluxe, no faltó a la cita. Tampoco la reflexiva Elevarte caer, ni la conocidísima Lodo, ni su homenaje a la tierra galega con A serea e o mariñeiro. Gorka Urbizu, Biela y los irlandeses The Murder Capital, joya internacional de esas que son muy difíciles de ver, dejaron un listón altísimo con el que Sexy Zebras se lució con los casi únicos pogos del fin de semana. Hubo piscina y gente remando con Charly García, abrazos en Nena, pelucas rosas en Marisol y pérdidas de voz con Tonterías. Si en años pasados Ebrovisión demostró que tiene mucha calle, que sabe dar volteretas para evitar la tormenta y que incluso se atreve a hacer un cartel a ciegas, en este curso aprovechó su 25 aniversario para dejar las cosas claras: es un festival diferente al resto. El mejor para echar el cierre al verano.
Sexy Zebras pone el broche a Ebrovisión / Rodrígo Mena Ruiz
Sexy Zebras pone el broche a Ebrovisión / Rodrígo Mena Ruiz

Íñigo Renedo
Redactor de deportes en la Cadena SER que también forma parte del programa de música indie 'Fuego y...




