La asombrosa historia de la reina sin corona: la espía británica que cambió para siempre la historia de Oriente
Gertrude Bell marcó un antes y un después en el territorio
Gertrude Bell: la dama que dibujó el mapa de Oriente Medio
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Madrid
El Cronovisor de esta semana ha girado en torno a la figura de Gertrude Bell. Una mujer, no demasiado conocida en nuestro país, pero que, sin embargo, tuvo una gran repercusión a nivel internacional a comienzos del siglo XX porque fue la responsable de dibujar el nuevo mapa de Oriente tras el final de la Primera Guerra Mundial. A raíz del fin del imperio otomano, uno de los grandes damnificados de la Gran Guerra, el imperio británico confió en esta política para que delimitara las nuevas fronteras de los países que actualmente conocemos como Irak y Jordania. Y no pudieron escoger a nadie mejor para el puesto, pues era una gran conocedora de todo lo que sucedía en Oriente Medio por aquel entonces.
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Porque además de ser una política de renombre, Gertrude Bell también era arqueóloga, fotógrafa... e incluso trabajó como espía para el Imperio. Su experiencia en la región, así como su fluidez en la lengua árabe y persa o sus contactos dentro las tribus locales, llevaron al servicio de inteligencia a contratar sus servicios para conocer de primera mano todo lo que sucedía en la región en tiempo real. Y, con el paso del tiempo, comenzaría a ganar más y más reputación hasta convertirse en la única mujer con el cargo de oficial político en las fuerzas armadas británicas.
De espía a reina sin corona
Durante esta época de su vida, Bell se encargó de recopilar todo tipo de información acerca de los movimientos de las tribus beduinas y también sobre la construcción del ferrocarril que unía las ciudades de Berlín y Bagdad. Y fue en estos viajes por el desierto en los que haría un sinfín de contactos que posteriormente serían fundamentales en el desarrollo de lo que posteriormente serían Irak y Jordania. Tras todo este trabajo de campo, el imperio confió en ella para delimitar el futuro de la región, tal y como nos cuenta Jesús Callejo: "A partir de entonces hay que repartirse un territorio bastante convulso porque había muchas tensiones tribales. Así que había que delimitar casi con regla y cartabón los territorios de Oriente Medio".
Y no nadie como Gertrude Bell para esta misión: "Era arabista y además sabía hablar hasta ocho idiomas. Y no solo eso, sino que también conocía muy bien esa personalidad tan compleja que había en esos territorios regidos anteriormente por el imperio otomano". Por todo ello comenzó a ganar peso en el gobierno y en la negociación de los nuevos territorios surgidos a partir de la caída del imperio otomano: "Aparentemente, Gertrude Bell viajaba a los distintos países como viajera y exploradora. Pero a la hora de la verdad, recogió testimonios muy valiosos a través de sus fotografías que acabaron siendo muy valiosos a la hora de configurar ese mapa territorial".
La influencia de Gertrude Bell
De hecho, la protagonista de esta historia fue la única mujer presente en la conferencia que tuvo lugar en El Cairo (Egipto) en marzo de 1921. Junto a ella podíamos encontrar a hombres tan poderosos como Winston Churchill, por aquel entonces secretario de las colonias británicas, y Lawrence de Arabia, quien también hizo actividades de espionaje. Y es a raíz de esta conferencia cuando Gertrude Bell decide renombrar gran parte del imperio otomano como Irak, porque Irak en árabe significa fértil. Y dado que el país está entre los ríos Tigris y Éufrates, pensó que no había un nombre mejor para la región. Y no solo eso, sino que también renombró como Transjordania a la nación hoy conocida como Jordania.
Gertrude Bell: Una mujer en Oriente Próximo
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Pero la cosa no quedó ahí. Después de establecer los nombres de estos países, Gertrude también fue la encargada de designar los reyes de ambos países, quienes acabarían siendo algunos de los contactos que realizaría durante su travesía por el desierto. De esta manera, la aventurera acabó siendo conocida por la sociedad de por aquel entonces como la reina sin corona: "No es reina, pero sí que tiene la capacidad para designar reyes".
David Justo
(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología que aborda la vida digital desde otro punto...
