Así fue la surrealista ceremonia con la que Balboa tomó posesión del Pacífico

Madrid

Este 2025, el explorador y conquistador Vasco Núñez de Balboa cumple nada más y nada menos que 650 años. Este extremeño pasó a la historia por ser el primer europeo que vio el Océano Pacífico y, por ende, el primero que se bañó en él. En La Historia en Ruta relatan cómo fue aquel descubrimiento histórico.

Balboa quería ser el primero en contemplar el Pacífico, por lo que mandó paralizar –a unos cuantos metros de la cima– a toda la tropa que le había acompañado subiendo durante cuatro horas una gran sierra. Cuando llegó al pico, se quedó extasiado mirando aquel océano entero ante él. Mientras tanto, Andrés de Valderrábano, el escribano, anotaba todo lo que ocurría a su alrededor.

Un apunte es que Balboa llamaba a este océano el mar del sur básicamente porque se encontraba más al sur que El Caribe y no le cambiaron el nombre al actual hasta que no llegó el navegante Fernando de Magallanes en 1520, siete años después de Balboa.

Continuando con el descubrimiento, el extremeño avisó a sus compañeros para que se deleitaran con aquella panorámica uno a uno hasta que pasaran los 67 que le acompañaban. El segundo en verlo fue el clérigo Andrés de Vera y, después, el teniente de la expedición, que era Francisco Pizarro, quien aún no sabía que Perú le esperaba tras esas aguas.

Allí todos se abrazaron emocionados, lloraron y juraron lealtad a Balboa, quien montó una ceremonia solemne improvisada y cantaron la canción que era típica entonces para dar gracias a Dios. La celebración era tal porque habían encontrado el mar que le faltó descubrir a Cristóbal Colón y con el que se inició el proceso de globalización.

La ceremonia tuvo que esperar horas por la baja marea del Océano Pacífico

Esta ceremonia solemne estuvo compuesta por 26 hombres que el mismo Balboa eligió meticulosamente, el estandarte con la Virgen y las armas de Castilla, las armaduras relucientes y el discurso preparado y ensayado. Sin embargo, para llevarla a cabo, tuvieron que esperar horas, ya que en el momento del descubrimiento se habían encontrado con un lodazal en marea baja, hasta que la mar del sur se dignó a subir lo suficiente para dar decoro a este glorioso momento.

Cuando por fin subió el agua, Balboa se metió en el océano hasta cubrirle las rodillas con la armadura y todo el uniforme que llevaba encima, además de llevar en la mano derecha un pendón morado de Castilla con la Virgen María pintada y, en la izquierda, la espada. Allí proclamó a gritos la soberanía castellana y hasta preguntó si había alguien que se opusiera a ello, lo que recibió un silencio sepulcral, ya que los indios habían huido y los 26 invitados estaban conteniéndose la risa.