El conquistador español que fracasó criando cerdos antes de descubrir el Pacífico

Hace 650 años nació Vasco Núñez de Balboa, un hombre que pasó a la historia por ser el primer europeo que vio el Pacífico y el primero que se bañó en él. Fue polizón de lujo, influencer, alcalde, ambicioso, deudor y explorador, que se encontró con la mayor cantidad de agua del mundo. Pero además de ser uno de los aventureros más importantes de la historia de España, este extremeño natural de Jerez de los Caballeros tuvo muchas facetas en su vida, llegando a ser criador de cerdos.

Vasco creció rodeado de armaduras oxidadas, sueños de gloria, torres que ya no defendían nada, caballeros sin caballo, cruzados sin cruz y un pueblo demasiado pequeño para su ambición. De adolescente trabajó en el Castillo de Moguer como paje y escudero de Pedro Portocarrero, que tenía preparado un viaje hacia las Indias. Fue precisamente de Portocarrero de quien aprendió que el mundo no terminaba en Extremadura y le encendió la chispa de la aventura.

De explorador a criador de cerdos

Núñez de Balboa llegó a Sevilla en 1500 y pronto se enteró de que buscaban un escudero para una expedición al Nuevo Mundo con Rodrigo de Bastidas y Juan de la Cosa al frente. Pusieron rumbo a tierras colombianas, pero allí tuvieron un contratiempo, se encontraron con el mayor enemigo de los barcos: la "broma" o Teredo navalis, un molusco bivalvo que causan verdaderos daños a los barcos al alimentarse de su madera.

Las naves pusieron finalmente rumbo a la isla de La Española para tratar de arreglarlas, pero estas finalmente se hundieron. Núñez de Balboa decidió quedarse en la isla, donde compró un terreno con los beneficios obtenidos de la travesía y decidió dedicarse a la agricultura y a la crianza de cerdos. Perola suerte no le acompañó tampoco en esta ocasión y el negocio fue un fracaso.

Las condiciones climáticas por tratarse de una zona muy expuesta a los huracanes no eran favorables y Vasco se convirtió en un colono pobre y endeudado. Este desastre le sirvió para saber que lo suyo no es la vida tranquila y, al ser perseguido por sus acreedores, no vio más salida que huir de la isla.