"Hablar bien no es un don, es un camino que se entrena": el campeón mundial de debate que desmonta mitos sobre la oratoria

La noticia de que la Comunidad de Madrid ha gastado 18.000 euros en cursos de oratoria para el consejero de Digitalización, Miguel López-Valverde, ha servido de punto de partida en La Ventana para abrir un debate más profundo: ¿se puede aprender a comunicar bien en público?

Carles Francino lo planteaba así: "Esto no afecta solo a la esfera política. Afecta a cualquier disciplina donde alguien tenga que divulgar o captar la atención de un auditorio Y esto es muy importante".

Para abordar el tema, el programa invitó a Antonio Fabregat, doble campeón del mundo de debate y autor del libro Convence y vencerás. Fabregat defendió que la oratoria no es un don exclusivo: "Se puede nacer con ventaja, pero desde luego no es algo que no se pueda aprender. Es un camino largo, pero se puede recorrer".

Sobre los cursos como los que ha recibido el consejero madrileño, Fabregat explicó que "con un par de meses se pueden notar mejoras significativas: no ponerse nervioso, no quedarse en blanco, tener una estructura razonable". Aunque matizó que alcanzar un nivel alto, como el de Barack Obama, requiere más tiempo.

Naturalidad, estructura y preparación

Uno de los consejos más claros fue evitar memorizar discursos: "Reduce la naturalidad, y la naturalidad es fundamental para generar confianza". En su lugar, recomendó tener clara una estructura de ideas y desarrollarlas con soltura.

También advirtió contra dos errores frecuentes: “"a tentación humana de hablar de lo que no se sabe" y "aparecer sin preparación". Según Fabregat, ambos conducen al fracaso comunicativo.

Durante la entrevista, se analizaron ejemplos de buena y mala oratoria. Desde el famoso "puedo prometer y prometo" de Adolfo Suárez —"una anáfora poderosa, pero sobre todo una voz que transmitía calma"— hasta el emotivo discurso de Candela Peña en los Goya de 2013, que Fabregat elogió por su "concisión" y "capacidad de empatizar con la audiencia".

También hubo espacio para los tópicos del fútbol —"el fútbol es así"— y para intervenciones confusas como la del presidente del Parlamento andaluz, Jesús Aguirre, durante la pandemia. "No digas nunca en 50 palabras lo que podrías haber dicho en 20 y te habrían entendido en 10", resumió Fabregat.

El experto en oratoria también reivindicó que esta habilidad se enseñe desde la infancia: "Hemos avanzado mucho, pero falta que sea parte oficial del currículo. Como en las series americanas, donde los niños exponen desde pequeños y ganan confianza".