Las 'pescaderías personalizadas' escapan al desplome del consumo de pescado

Madrid

Desde el 2008, el consumo de pescado fresco se ha reducido un 36,2% según el informe Pulso al sector de productos del mar, elaborado por AECOC, y los españoles ya consumimos menos de 18 kilos por persona al año.

Esta es, de hecho, la principal preocupación de los pescadores: un 58,8% de los encuestados en este informe considera que este es el principal problema que tienen, por eso desde el sector buscan nuevas fórmulas para revertir una situación que, dicen, responde a los nuevos patrones de consumo de la sociedad.

Objetivo: llegar al consumidor joven

"El consumidor ha cambiado, es algo evidente, ya no cocinamos: las prisas, la falta de tiempo, el ir a la compra casi de manera automática cada semana... al final, necesitamos nuevos productos ante el nuevo consumidor" explica Antonio Nieto, secretario general de Pesca España, una organización que busca, precisamente, "incentivar el consumo de los productos pesqueros salvajes españoles, así como su difusión, defensa y promoción por su calidad y valores nutricionales altamente saludables". Su objetivo es poner en valor los pescados y mariscos para el público general pero, defiende Nieto, con sus iniciativas buscan llegar a las generaciones más jóvenes.

"Tenemos un foco especial puesto en el público joven, esas personas de hasta cuarenta años, que hemos visto y así lo dicen todos los informes y también lo constata el Ministerio en su Informe de Consumo Alimentario en Hogares, que no están accediendo a los productos del mar. Para nosotros es un público clave, al que hay que llegar porque hay una brecha con esas generaciones mayores, que sí teníamos más clara la necesidad de incorporar estos productos a nuestra dieta", relata.

Las cifras, de hecho, demuestran que los pescados más difíciles de cocinar, los frescos, son los que han visto una reducción más drástica de su consumo. Según el Informe Mes a Mes de Pesca, del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, si se comparan los últimos datos disponibles, los relativos al mes de julio, con lo que ocurría diez años antes, se constata que cae el consumo de pescado fresco que el de congelado cae 8 puntos porcentuales más, pese a que ambos productos tienen un precio similar. De hecho, aunque las subidas de precios han sido generalizadas en todos estos productos, los únicos que apenas han visto su consumo caer son las conservas, pese a que en esta década se han encarecido un 45%.

Así, los datos confirman lo que defiende el sector: el problema no es que ya no nos guste el pescado o no podamos permitírnoslo, si no que es más bien una cuestión de cambio de hábitos.

De hecho, el salmón, que es un pescado que, al menos aparentemente, es más sencillo de cocinar y también de comer, es uno de los ejemplos que contradice la tendencia general: su consumo en los hogares españoles se ha incrementado un 25%, aunque su precio se ha más que duplicado en los últimos diez años.

Un servicio cada vez más personalizado

Para combatir esta realidad, cada vez son más las empresas y los supermercados que apuestan por "facilitar" a sus clientes el consumo de pescado. Algunos, como la cadena de supermercados Plusfresc, ofrecen a los consumidores la posibilidad de llevarse a casa el pescado ya listo para comer. "Al final vimos un poco que la tendencia del consumo no era la que nosotros queríamos, y queríamos llegar a todo tipo de cliente, ofreciendo ya un producto de calidad cocinado, con el que la gente tenga una experiencia de compra buena" explica Ángel Pérez, responsable de pescado de Plusfresc. Pérez defiende que el horno, que ya han instalado en todas sus tiendas, les ha permitido mantener, e incluso incrementar, las ventas de productos del mar desde que en 2011 empezaron a ofrecer este servicio. "Hace cinco años, el 8% del pescado que facturábamos pasaba por el horno, a día de hoy a supone ya alrededor del 16%. En estos cinco años hemos doblado la venta de esos productos" explica.

Otros, han dado con la clave del éxito casi por casualidad. Peix a Casa, una empresa que casi se ha adelantado a los nuevos patrones de consumo, comenzó vendiendo unas pocas cajas de pescado a la semana y ahora entrega entre 100 y 150 pedidos diarios, según explica su propietario, Edgar Boada, cuya familia lleva ya un siglo dedicándose a este sector.

"En los últimos años nos dedicábamos a la venta al por mayor en Mercabarna, a vender a pescaderías y a supermercados, pero hace unos 15 años, cuando mis hijos empezaron al colegio, empecé a hablar con las madres de sus compañeros y me pidieron si podía hacer algún servicio de pescado a domicilio" recuerda. Entonces, vendía a una quincena de madres, hoy envían unos 15.000 pedidos al año, con un crecimiento interanual de un 20%, en la última década y media.

"Nuestras abuelas y nuestras madres cocinaban mucho en casa, se cocinaba mucho de manera tradicional y todo esto se ha ido perdiendo. La gente más joven, de menos de cuarenta años, no sabe hacer un bacalao a la llauna, por ejemplo. La vida ha cambiado, todo es más inmediato, más fácil, la gente no quiere pasarse una hora y media cocinando y el pescado es de los productos más complicados para hacer rápido y fácil", dice Boada. "Nosotros lo que hacemos es facilitarles mucho el tema de ir a comprar y el almacenaje, todo va envasado, al vacío, en raciones individuales, con piel o sin piel, de diferentes tamaños... Si quieren para el niño un filete de 90 gramos y para el marido, de 180, lo hacemos así" describe. En definitiva, se adaptan al máximo a las necesidades del consumidor para suprimir las barreras que han ido emergiendo en los últimos años.