Cuando las mujeres secuestraban autobuses en Barcelona
Años antes del secuestro de 'El 47', las luchas vecinales bullían en los barrios periféricos de Barcelona: en la década de los 70, mujeres y niños protagonizaron varias acciones de este tipo para reclamar servicios básicos

Cuando las mujeres secuestraban autobuses en Barcelona
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Barcelona
En 1973, el autobús de la línea 11 de Barcelona tenía que ir al Bon Pastor. Pero un día que hoy ya pocas personas recuerdan, se subió Maruja Ruiz Martos con otras mujeres y niños del barrio de la Prosperitat, y le hizo cambiar de rumbo al conductor: "Hoy vamos a la Plaza San Jaime". Llegaron hasta el centro de la ciudad, donde se encuentra la sede del Ayuntamiento, para reclamar mejoras para unas viviendas de reciente construcción en el barrio. Acabaron detenidas, en "dos o tres comisarías", pero aquello fue el inicio de una larga lucha vecinal que aún sigue presente en la vida de Maruja, de 83 años.
La Barcelona moderna no se entiende sin este tipo de acciones colectivas, espontáneas u organizadas, que florecían en la década de los 70 y los 80 al albur de las asociaciones de vecinos en los barrios más periféricos de la ciudad. Zonas que carecían de servicios básicos, como transporte público, iluminación o incluso alcantarillado, y que prosperaron gracias a la movilización de sus vecinos. Familias en su mayoría procedentes de Andalucía y Extremadura, que acudían a Catalunya en busca de trabajo y huyendo de la represión franquista en muchas ocasiones.
"Eran personas con espíritu luchador, eso explica su integración en las asociaciones de vecinos", analiza el periodista Juanjo Caballero, que escribía entonces en el desaparecido periódico TeleXpress cubriendo información "de barrios".
Una lucha vecinal que ya pocas personas reivindican en la ciudad, y cuyo espíritu renació hace cosa de un año gracias al estreno de El 47. La película, dirigida por Marcel Barrena, cuenta la historia de Manolo Vital, un conductor de autobuses y vecino de Torre Baró, que harto de que el ayuntamiento se negara a ponerles una línea de transporte público en el barrio, secuestró uno de los autobuses articulados en los que trabajaba y siguió su recorrido hasta llegar a sus vecinos en lo alto de la montaña.
Quienes compartieron lucha con Manolo Vital en aquella época defienden ahora que aquel secuestro no fue obra de un héroe solitario. Que "el Vital" era miembro del PSUC, el partido comunista catalán; militante de Comisiones Obreras y, por encima de todo, miembro de la asociación de vecinos de Torre Baró.

Valentina Rojo Squadroni
Uruguaya de nacimiento, catalana de adopción y madrileña de acogida. Es redactora de 'A vivir que son...




