La psicología revela lo que hacen únicas a las personas que siempre duermen junto con sus mascotas
Hay ciertos rasgos generales bastante característicos
Perro durmiendo con una mujer / gollykim
Hace unos años, el Canisius College de Buffalo (Estados Unidos) publicaba un estudio titulado 'Un análisis de la calidad del sueño y las rutinas de sueño de mujeres adultas en relación con la tenencia de mascotas y el colecho', que buscaba dar respuesta a cómo afectaba compartir cama a la calidad a la hora de dormir, con unas conclusiones de lo más sorprendentes sobre el papel, porque hacerlo con seres humanos no resultó la opción más beneficiosa.
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Para llevar a cabo la investigación, los expertos realizaron encuestas a un total de 962 mujeres adultas que vivían en Estados Unidos, y según los resultados, el impacto más positivo que se encontró fue en aquellas que compartían lecho con sus perros, desplazando a otros congéneres humanos al segundo lugar y a los gatos hasta la tercera posición. De hecho, se manifestó que "los perros que dormían en la cama del dueño perturbaban menos el sueño y se asociaban con sentimientos más fuertes de comodidad y seguridad".
Pero esto no es una cosa aislada de cierta población. No es que aquellas personas que encuestaron tuvieran ciertas características propias de la idiosincrasia del país donde vivían, sino que dentro de la psicología se habla de beneficios que trae esta acción tan íntima con los animales. Es más, en la web Modena Volta Pagina enumeran varios rasgos psicológicos positivos que tienen aquellos que dejan que su mascota duerma en la misma cama.
Una marcada apertura mental
En el artículo argumentan que los dueños que acogen a sus mascotas en su cama suelen demostrar una gran empatía, lo cual dicen que es lógico por el hecho de ofrecer un espacio tan personal que indica una preocupación profunda por su bienestar, lo cual tiene eco más allá de esta acción al ser una prueba fehaciente de personas atentas, consideradas o muy sensibles, a modo general. Pero esa apertura mental no solo es beneficiosa para los humanos.
Explican que "los animales prosperan junto a personas compasivas y amorosas" y "al crear un entorno acogedor para tu mascota, contribuyes a su equilibrio emocional", sustentando estas afirmaciones en los resultados de un estudio publicado en Frontiers in Psychology, el cual afirman que pusieron en relieve que "un fuerte vínculo con los animales puede fortalecer la empatía hacia ellos, lo que podría extenderse también a las relaciones humanas".
Facilidad en la intimidad
El compartir cama con los animales significa cercanía y confianza, lo que es demostrativo de una facilidad para el acercamiento físico y la comunicación silenciosa. "Las personas que duermen con sus mascotas suelen ser más sensibles a las señales no verbales de otras personas, más atentas a las necesidades implícitas y más intuitivas en sus interacciones", convienen en el artículo, a la par que destacan cómo la gente que lleva a cabo esta acción suele desarrollar más complicidad con los demás.
No tienen miedo a la vulnerabilidad
"Hablamos de un espacio personal, íntimo, a veces incluso sagrado, y sin embargo, dejas entrar una bola de pelo que ronca, babea o te despierta a las tres de la mañana porque tiene hambre o tiene un sueño extraño", escriben en Modena Volta Pagina, esgrimiendo que "esta capacidad de aceptar los momentos imperfectos dice mucho de nuestra manera de afrontar la vida", pues es el reflejo de que aceptas lo inesperado, tienes tolerancia al desorden y te encuentras cómodo con lo auténtico aunque no sea ideal.
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Gran valor otorgado a los vínculos emocionales
Ese momento en el que tu mascota se acurruca muy cerca no es solo una búsqueda de calor corporal, sino la demostración de un vínculo real. "Las personas que duermen con sus mascotas suelen tener una fuerte sensibilidad a los vínculos emocionales. Entienden la riqueza emocional que representa esta convivencia nocturna. Compartir la cama con tu mascota también significa reconocer el amor incondicional que te ofrece y corresponder ese amor. Es signo de un temperamento cálido, atento y profundamente orientado", apuntando que esa atención a las emociones se encuentra a menudo en las relaciones con nuestros congéneres.
Una naturaleza más relajada
En la web italiana explican que dormir con tu mascota puede brindar una sensación de calma y seguridad. "La respiración constante de un perro o el suave ronroneo de un gato tienen un efecto calmante, casi meditativo", asegurando que esto "puede ayudar a reducir el estrés, disminuir el ritmo cardíaco y promover un sueño más profundo". De tal forma, estas personas suelen ser percibidas "como más tranquilas y calmadas" y "emanan una energía relajada y tranquilizadora, que beneficia tanto a quienes les rodean como a su equilibrio personal".
Generosidad de corazón
"Hacer espacio, física y emocionalmente, para otro ser vivo es un acto de generosidad. Es reconocer sus necesidades y ofrecerle consuelo sin esperar nada más que un poco de calidez a cambio", resaltan, afirmando que las personas que comparten lecho con sus animales a menudo son más cercanas, saben escuchar y muestran su apoyo a los demás, porque están dispuestas a compartir lo que tienen, "ya sea espacio, tiempo o atención".
Una gran capacidad de adaptación
Las mascotas suelen acomodarse de muchas maneras en la cama, así que la capacidad de adaptación de los humanos es manifiesta para quien duerme con ellos. Esto puede experimentarse cambiando de posición para no molestarlas o ignorando los pequeños ruidos que emiten mientras duermen, pero "compartir la cama con él significa aceptar una convivencia a veces agitada". Y esta es una cualidad muy valiosa en los tiempos que corren donde el mundo está en constante movimiento, pues "refleja la capacidad de adaptarse a los cambios, de afrontar lo inesperado con calma y flexibilidad".
