8 comidas consideradas baratas en los 70 que en la actualidad se considera comida de lujo
Tradición que vuelve con formas modernas

Guiso / koiguo

La cocina ha ido evolucionando a todos los niveles, tanto en los utensilios y electrodomésticos que se usan hasta las técnicas y productos. La innovación ha sido exponencial creando nuevas recetas, pero la tendencia no se ha quedado ahí y también se han empezado a darle una vuelta de tuerca a los platos de toda la vida, aquellos que preparaban nuestros abuelos han ido replanteándose añadiéndoles nuevos elementos o, como se dice mucho en el sector, 'deconstruido' para darles un nuevo significado gastronómico.
Más información
Sobre esto escribe Avery White en VegOut, donde explica que "este resurgimiento no se trata solo de nostalgia", sino de algo más profundo que identifica como "un anhelo colectivo de simplicidad, comodidad y familiaridad en un mundo que a menudo se siente caótico". Ahora, obsesionados con la novedad y la abundancia, lo sencillo del pasado se abre paso en busca de esa autenticidad que se mostraba antaño, cuando lo más importante no era la moda, sino poder nutrirse sin que esto pudiera suponer un agujero en el bolsillo.
Con todo esto, se puso a explorar platos de antaño que han experimentado toda esta transformación. De esta forma, ha repasado hasta ocho comidas que durante la década de los 70 del siglo pasado eran consideradas baratas y que ahora se han ido modificando mediante técnicas modernas para convertirlas en platos que podrían ser ubicadas dentro de la nomenclatura de lujosas, exclusivas o de alto standing.
1) Macarrones con queso
La autora dice que esta comida se identifica perfectamente "con los comienzos humildes convertidos en alta cocina", pues ha sido un socorro recurrente para todos aquellos que no tenían demasiado tiempo para cocinar ni dinero para dispendios. Asegura que en la actualidad podemos encontrarla "en el menú de los bistrós de lujo", aunque ahora elaborada "con queso vegano de producción artesanal, se hornea en sartenes de hierro fundido y se cubre con panko rallado o aceite de trufa", aunque sigue guardando características tan especiales como su sencillez.
"Cuando me hice vegana por primera vez, pasé semanas experimentando para recrear esa textura cremosa y satisfactoria que recordaba de mi infancia. ¿El secreto? Anacardos, levadura nutricional y una pizca de mostaza. Un bocado y volví a tener ocho años, sentado con las piernas cruzadas en la alfombra de pelo largo de mis padres. Es una prueba de que, a veces, la comodidad está a solo un tazón de macarrones de distancia", escribía.
2) Lentejas
En la década de los 70, la sopa de lentejas no era nada glamurosa, sino que denotaba algo de necesidad pues era lo que se cocinaba cuando alguien no se podía permitir carne o se intentaba alimentar muchas bocas. White dice que ahora está renaciendo, afirmando que "en las cafeterías veganas la sirven con pan artesanal, un chorrito de aceite de oliva y hierbas frescas. Algunos incluso la trituran hasta que queda sedosa y la llaman puré", Aunque no deja de ser una cocción de estas legumbres como las que se hacían antaño.
3) Sloppy Joes (estilo vegano)
Explica que estos eran una especie de carne que se metía en panecillos de hamburguesa baratos que se desacían ante su incesante goteo. "En aquel entonces, solo era carne picada, kétchup y cualquier paquete de condimentos que hubiera. Lioso, saciante y barato", escribe Avery, que asegura que "hoy en día, se pueden encontrar 'Sloppy Joes veganos' hechos con lentejas, yaca o champiñones, y salsa chipotle ahumada. Se sirven en panes brioche o pretzel tostados, adornados con hierbas frescas, como si estuvieran haciendo una audición para un programa de cocina".
4) Pastel de carne
Comenta que en los 70 esta comida aparecía en la mesa al menos una vez a la semana y "era la definición de practicidad", pues se aprovechaba lo que se tenía para alimentar a toda la familia. Ahora ha aparecido "el primo vegetal del pastel de carne", con sus panes hechos con lentejas, garbanzos o quinoa que "se han convertido en un clásico tanto en restaurantes veganos como en cocinas caseras". "Añádele un glaseado balsámico y, de repente, es un plato reconfortante", afirma una White que afirma que alguna vez lo hizo y lo mejor era que "todavía conservaba esa energía acogedora que recordaba de las cenas dominicales de mi infancia".
5) Cazuelas
Con esto se refiere a guisos de judías verdes, de atún y esos misteriosos hechos con lo que quedaba en el frigorífico, siendo altamente económicos, sencillos y adaptables. Por lo que cuenta, "los guisos han vuelto. Y ahora están de moda". "Las versiones modernas pueden incluir coliflor asada, quinoa y salsas veganas cremosas de anacardos o tahini", elaborando una versión más ecológica, ganando en limpieza pero sin dejar de lado la sencillez en su preparación: "Se mezcla todo, se deja que se integre y, de alguna manera, funciona".
6) Sopa de tomate y queso a la plancha
Comenta que en los 70 la sopa de tomate solía venir enlatada y el sándwich de queso a la plancha "consistía en dos rebanadas de pan blanco con una loncha de queso fundido". Más sencillo y práctico, imposible, pero ahora también se ha dado un giro a esto. "Piensa en una bisqué de tomate asado con aceite de albahaca y queso a la parrilla de masa madre, hecho con mozzarella de anacardo o cheddar de coco. Servido en tablas rústicas, por supuesto", escribe en el artículo, pues es lo mismo en el fondo pero modificando algo sus elementos.
7) Chile
Antiguamente era la opción predilecta para compartir porque resultaba económica, abundante y personalizable, explica Avery, porque con frijoles, carne molida, tomates enlatados y cualquier especia que tuvieras a mano ya lo tenías todo. Pero como el resto de este listado, se ha renovado con ingredientes vegetales y se le ha dado un giro de tuerca. "Las versiones veganas llevan frijoles negros, quinoa e incluso cacao en polvo o espresso para intensificar el sabor", siendo la prueba de que "la comida no solo nutre, sino que conecta".
8) Pudín de pan
Y, por supuesto, los postres no se libran. Pan duro, leche sobrante, una pizca de azúcar, quizá unas pasas y tenías un delicioso bocado para después del plato principal. En la actualidad, se presenta en formas que lo convierten en un bocado gourmet. "Encontrarás versiones elaboradas con croissants, masa madre o brioche, remojadas en leche de avena y crema de coco, y cubiertas con fruta quemada o caramelo salado", demostrando que es un plato tradicional, pero absolutamente atermporal.




