Pamplona cuenta con un nuevo punto de memoria histórica
Se trata de la puerta de piedra en la antigua cárcel de la capital navarra
Pamplona
El solar de la antigua cárcel de Pamplona tiene ya la consideración de Lugar de Memoria Histórica con un elemento primordial que así lo recuerda, la puerta de piedra de la centenaria prisión por la que salieron desde los presos franquistas para ser fusilados hasta más recientemente los jóvenes insumisos tras cumplir su pena.
Tras las obras de reubicación de la puerta en el barrio pamplonés de San Juan, junto al Palacio de Justicia, la consejera de Relaciones Ciudadanas, Ana Ollo, ha visitado el lugar, declarado por el Gobierno de Navarra como Lugar de la Memoria Histórica de Navarra hace dos años, en un acuerdo en el que se comprometía a crear en el espacio que ocupaba este antiguo centro penitenciario, un memorial “resignificándolo como área de transmisión de la memoria”.
En declaraciones a los periodistas, Ollo ha explicado que la puerta recolocada ahora era la que daba acceso, tras la puerta principal, al recinto penitenciario inaugurado en 1908 y que estuvo en servicio hasta su derribo en 2012, cuando ya se puso en servicio la nueva prisión en la colina de Santa Lucía.
Contaba con 194 celdas, cuatro patios y tres plantas, y eran unas instalaciones "a todas luces insuficientes para albergar el gran número de presos y presas encerradas, sin ninguna garantía y de manera preventiva, tras el golpe de Estado que pretendía derribar al gobierno legítimo republicano", ha explicado el Gobierno foral.
Muchas de esas personas fueron conducidas para su asesinato a diferentes parajes de la geografía navarra, como Ibero, Etxauri, El Perdón, Paternáin o Valcardera, entre otros. A lo largo de toda la guerra siguieron pasando por el recinto muchos prisioneros pendientes de juicio, para cumplir condena o para ser enviados a otro destino, y durante la dictadura franquista sus muros siguieron custodiando tanto a presos sociales como políticos.
Ollo ha recordado que hasta 1940 el número de personas presas era muy superior a la capacidad para la que estaba diseñada, de forma que en 1940 la dirección de la Prisión Provincial aseguraba tener más de 2.000 presos en menos de 200 celdas.
Los testimonios que se conservan sobre la vida en prisión destacan las penosas condiciones higiénico-sanitarias, pero sobre todo el "clima de terror" que se vivió en el interior, donde los presos eran conscientes de los continuos asesinatos bajo la apariencia de puesta en libertad o traslado.
El 10 de junio de 2022 un convenio entre el Ministerio del Interior (Secretaría General de Instituciones Penitenciarias), el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona reguló la utilización de los restos arquitectónicos de la antigua prisión de Pamplona, en concreto, las piedras que componían la puerta interior de acceso a la prisión.
Una vez cedidas las piedras, el Gobierno de Navarra, a través del Departamento de Relaciones Ciudadanas, ha desarrollado y financiado la propuesta de recuperación de dicha puerta en un espacio vaciado de su contenido en el último siglo, desde que hace una década se demolió el edificio de la cárcel.
"La puerta, colocada en el espacio aproximado que ocupaba la puerta exterior es un símbolo que mantendrá viva la memoria de quienes fueron represaliados además de convertirse en una oportunidad más para desarrollar valores de paz y convivencia", señalan las mismas fuentes.
Ollo ha recordado que había "una petición muy intensa de las asociaciones memorialistas para recuperar esta puerta y constituirla como Lugar de Memoria", dada la significación de esta cárcel tanto en tiempos del franquismo pero también "todo un símbolo con el movimiento de la insumisión y la objeción de conciencia" porque en tiempos más recientes acogió a centenares de insumisos presos.
En cualquier caso, la consejera ha avanzado la intención del Gobierno de dejar en este solar "no solo esta puerta, sino hacer en torno a ella un proyecto en el que se explique qué fue este lugar" e integrar la información en el programa "Escuelas con Memoria".
También, y preguntada al respecto, la consejera se ha referido al anuncio ayer de la identificación de otros dos hombres de los que fueron detenidos a finales de agosto de 1936, conducidos a Paternáin, asesinados y enterrados en dos fosas comunes.
Es fruto de un trabajo de la Sociedad Aranzadi desde el año 2016 que va dando frutos en esta fosa, donde ya se han identificado a 5 personas gracias también el banco público de ADN creado por el Gobierno de Navarra.
"Está permitiendo que alguna vez podamos cerrar ese círculo maldito que nunca debió producirse y que se suele cerrar cuando lo podamos conseguir entregando esos restos a la familia" de los cadáveres identificados.
Al respecto, ha lamentado que aunque en Navarra no hubo frente bélico en la Guerra Civil, hubo más de 3.500 personas asesinadas, de las que unas mil siguen sin aparecer. "Evidentemente cada vez es más difícil, han pasado muchos años, ha habido guerras, han existido muchas circunstancias e incluso van desapareciendo esos testigos que podían decir dónde se había producido esos asesinatos", ha dicho Ollo.
Por ello, ha valorado que "cuando al final a través de investigaciones se encuentra una fosa, es una gran alegría. Y cuando se puede identificar y entregar a los familiares, se cierra el círculo".