Rubén Carrillo, de responsable de mantenimiento a director del Hotel Alma Pamplona

Pamplona

El Hotel Alma Pamplona abrió sus puertas en junio de 2010 y dos años después Rubén Carrillo cruzaba por primera vez la puerta de este edificio. Carrillo ha sido el protagonista de La Ventana de la Empresa y cuenta que recuerda ese primer día, "entre con mucha ilusión y ganas de trabajar y enseguida vi que tenía mucho potencial de crecer".

Comenzó en el departamento de mantenimiento y con los años fue pasando por diferentes puestos hasta que el propietario le propuso hace poco más de dos años dirigir el hotel. Asegura que nunca había sido su objetivo llegar a la dirección y que los primeros días fueron "duros" pero no se arrepiente de estar donde está. Asume también que "poco a poco te va atrapando la vida hotelera" a pesar de ser un trabajo "sacrificado" que "te pide estar pendiente 24 horas al día".

El director de este hotel de Pamplona explica que el trabajo de jefe de mantenimiento y el de director "son muy diferentes" pero los ha llevado a cabo con "la misma ilusión" y entiende que son dos puestos "imprescindibles" para que un hotel de estas características funcione.

El Hotel Alma Pamplona es un hotel de lujo que cuenta con 54 habitaciones y clientes "con un nivel adquisitivo bastante importante". La estancia media ronda las 3-4 noches entre semana, aunque avanza Carrillo que han notado como los clientes de fin de semana "cada vez alargan un poco más". Empiezan abril con una ocupación "bastante buena" que va en aumento durante los meses de mayo y verano hasta noviembre cuenta que están con una ocupación media de un 70%. "Hay meses que estas prácticamente al 100% y otros al 70% pero es un trabajo muy continuo" dice el director del hotel.

Han pasado 13 años de la apertura del hotel y "ha cambiado mucho" dice Carrillo. Cuando se incorporó al staff "era un hotel de cinco estrellas con un buen restaurante, pero no estaba tan focalizado a la gastronomía como lo está ahora y lo que vendemos es una experiencia gastronómica, queremos que el hotel sea un destino gastronómico". Hay dos restaurantes, uno "más de día a día y de comida tradicional" como es el Alma y un “estrella Michelin” que ofrece "otro tipo de experiencia" como es el restaurante La Biblioteca. Para Carrillo uno de los espacios más especiales del hotel es precisamente "un rinconcito" que tiene La Biblioteca con sillones y mesas para tomar algo.

El hotel cuenta, además, explica, con un spa, gimnasio y "unas vistas increíbles" al estar "en el centro, pero a la vez con la tranquilidad que ofrece el campo". El objetivo de Carrillo es que sus clientes se sientan "como en casa". De cara al futuro, espera seguir creciendo y conseguir cada vez un mayor grado de ocupación ya que para Carrillo el hotel tiene un potencial "que no tiene fin". Avanza que tiene "entre manos" algún proyecto o idea concreta para aplicar próximamente, pero "no puedo desvelarlo todavía" concluye.