¿Por qué los niños están tan gordos?
El Ministerio de Sanidad ofrecía hace unos días un informe, el más amplio realizado en España, sobre los problemas de peso de nuestros hijos. Y los datos son demoledores: los problemas de obesidad o sobrepeso en chicos de entre 6 y 9 años afecta al 45,2%.
Es verdad que ciertas cifras se han “estancado” en los últimos años, pero no es menos cierto que chocan frontalmente con los esfuerzos realizados en todos los ámbitos para atajar este problema. ¿Qué está pasando para que tras años y más años mejorando las dietas en los colegios, charlas y cursos con los propios chicos en los centros para enseñarles a comer sano, más pescado, más frutas, más legumbres, menos chuches y menos bollería o menos platos preparados, con ciertos cambios en la elaboración de muchos alimentos sigamos en una situación bastante preocupante.
Parece obvio que los programas puestos en marcha por las autoridades sanitarias son cuanto menos insuficientes, y habría que analizar si atinados o no al ver estos resultados; que la industria debe seguir mejorando y mucho los contenidos en grasas de ciertos alimentos, elaborados muchas veces buscando durabilidad y precios bajos, es decir, grasas de peor calidad, entre otras cosas; que los propios padres quizá nos relajamos en exceso con ciertas pautas, como “ceder” demasiado en las negativas habituales a comer ciertos productos – frutas, pescados, etc-, en claudicar ante las presiones de la industria por colocar muchos alimentos muy atractivos para los pequeños pero arriesgados si se convierten en habituales; y la falta de cultura nutricional, por no recurrir a algo tan obvio como que se hace menos deporte y que cenar o merendar delante del televisor o el ordenador en un deporte nacional que engorda.
Es decir, aquí toca que todos se pongan las pilas y quizá no baste con retirar ciertos alimentos de las máquinas de los colegios, como se refleja en la recientemente aprobada Ley de Seguridad Alimentaria. Por cierto, aceptada a regañadientes por la industria alimentaria. Una industria – comidas y bebidas - que está haciendo muchas cosas para rebajar grasas, sales y otros “venenos” de muchos alimentos, pero que todavía, mucho que les pese a algunos, tiene un amplio margen de mejora.
Claro que cuando se plantean medidas, no faltan quienes critican a los responsables sanitarios de “intervencionismo”...
