¿Teléfonos saboteados? Llueve sobre mojado...
La denuncia, a la espera de lo que digan las compañías, es grave y afectaría a miles y miles de usuarios. Y habrá que esperar que recorrido tiene a partir de ahora. Pero detrás de la misma, no hay más que una denuncia más - con mucho más peso, es cierto - de las miles, millones que cada año reciben las compañías - a través de las administraciones, las asociaciones de consumidores, los medios de comunicación, etc - por deficiencias más o menos importantes en el servicio: errores en las tarifas, llamadas a cualquier hora, problemas con las portabilidades, conflictos con los cambios de compañía, teléfonos que no llegan, facturas que llegan aunque no estemos en una compañía o nunca nos haya llegado el teléfono prometido, inclusiones irregulares en listados de morosos... Por citar solo algunos ejemplos. En SER Consumidor, seis o siete de cada diez reclamaciones, desde hace años, tienen que ver con telefonía.
Es verdad que hay muchos usuarios, millones de usuarios, pero no es menos cierto que otros sectores con clientelas también masivas no tiene ni mucho menos estos niveles de quejas. Es verdad que ha habido mejoras en la "claridad" de las tarifas, nos beneficiamos de ciertas "guerras" comerciales para conseguir mejores precios, pero no debemos olvidar que es un sector que se parece mucho más al juego sucio de los equipos de fútbol italiano que al de Madrid o, sobre todo, el Barca. Y no olvidemos que estamos hablando de un país con tarifas, todavía, muy caras, mucho más si tenemos en cuenta nuestro poder adquisitivo.
De todas formas, no perdamos de vista que el que todo esto esto esté pasando no lo debemos poner solo en el haber de las propias compañías. También en la de unos gobiernos, nacionales y autonómicos, que pese a mover en los últimos años algunas fichas legislativas para acabar con este desaguisado, sin mucho interés, sin volverse locos, está claro que no han querido nunca tocar demasiado las narices a estos grandes de la economía. Y ahí está el problema. Da la sensación que los que deberían vigilar que tantas y tantas cosas que nos pasan a los clientes de telefonía no nos pasaran, siguen sin móvil, sin estar en la red, sin fijo en casa... Claro, quizá algunos, cuando tienen problemas, no los tienen media hora intentando hablar con alguien, o explicando lo mismo a tres o cuatro operarios... Por citar solo un ejemplo.




