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Cine y TV

La sed literaria del cine

Esta semana llegan a la cartelera el clásico dickensiano 'Grandes esperanzas' y el bestseller 'La soledad de los números primos'

Holliday Grainger y Jeremy Irving en 'Grandes Esperanzas'

La energía ni se crea ni se destruye, se transforma. Lo mismo ocurre con las buenas historias, cambian de formato y de un chasquido pasan del papel a la gran pantalla.

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Desde que se inventara hace ya dos siglos, el cine ha encontrado un fiel escudero en la literatura. De hecho, el 85% de las películas premiadas en los Oscar son adaptaciones. Tres cuartos de lo mismo con los Goya. Y aunque todo en esta vida son modas y unas veces se está en la cresta y otras en el valle más escarpado, lo cierto es que el cine literario está viviendo un boom en toda regla. La cartelera de los últimos meses demuestra que la sed de los estudios cinematográficos se calma principalmente con literatura.

A simple vista llevar un libro a la gran pantalla parece algo relativamente sencillo, por aquello de que la trama, la materia prima, está ya más que amasada. Pero, en realidad, es una opción cuanto menos arriesgada. A los lectores voraces, y a los que no lo son tanto, resulta por lo general bastante difícil complacerles. Y ya ni hablar de los escritores que ven adaptada su obra. La mayoría cree que la profundidad del texto se pierde en la superficialidad de las imágenes y, aunque en parte tienen razón, lo cierto es que las adaptaciones actúan como medio de divulgación y consiguen que las grandes historias literarias lleguen a personas que ni en sus mejores días cogerían un libro.

No nos vamos a engañar. Tolstoi, Victor Hugo o Dickens no son los autores más elegidos para las vacaciones de verano. El cine ayuda a evitar que su obra se pierda en las estanterías de las bibliotecas polvorosas. ¿Cómo sino se iban a enterar las mentes más perezosillas de la lacra que suponía para una mujer ser adúltera en la burguesía rusa del XIX? ¿Cómo sino iban a empatizar con la miseria y la agitación de la Francia decimonónica o con la ambición social en el Londres de 1840? Ya han desfilado por la cartelera 'Anna Karenina' y 'Los Miserables'. Esta semana le toca el turno a 'Grandes Esperanzas'. El director Mike Newell se atreve con la obra más popular de Dickens apoyándose en un reparto encabezado por Jeremy Irvine, Ralph Fiennes y Helena Boham Carter. Newell no es ni mucho menos un experto en adaptaciones literarias, tampoco lo son Joe Wright ('Anna Karenina') o Tom Hooper ('Los Miserables'), pero tampoco es un novato. En 2007 llevó al cine 'El amor en tiempos del cólera' del gran Gabriel García Márquez.

'Grandes esperanzas' no es la única película literaria de la semana. El italiano Saverino Constanzo estrena, tres años después de acabar su rodaje, la película basada en el bestseller 'La soledad de los números primos' de Paolo Giordano, un fenómeno editorial sobre dos personas marcadas desde siempre por el aislamiento y el tormento. Esta primavera, si Dios quiere porque cada dos por tres se aplaza el estreno, veremos también la versión cinematográfica de 'On the road', el clásico de la generación Beat que Jack Kerouac publicó en 1957.

Sagas adolescentes y policíacas

Pero el cine no solo se siente atraído por la alta literatura. Interesan las historias eruditas y también las comerciales y se intenta satisfacer por igual a grandes y a mayores. 'Harry Potter' y 'El señor de los anillos' abrieron la veda en lo que se refiere a la adaptación de sagas adolescentes. Tendencia que confirmaron los crepusculitos de Sthephanie Meyer. Veremos a ver si los nuevos romances adolescentes, 'Hermosas criaturas' y 'The Host', corren la misma suerte. En el capítulo de los cuentos infantiles, la industria vive un dulce renacer. Este año los personajes de los Hermanos Grimm han asaltado la pantalla. Desde la 'Blancanieves' muda y en blanco y negro de Pablo Berger hasta los sádicos 'Hansel y Gretel' de Tomy Wirkola. También hemos visto a James Franco haciendo de Mago de Oz y a Ewan Mcgregor en el cuento de las habichuelas mágicas.

Y más de lo mismo con el cine de acción o el cine policiaco. Buena se montó con los fans de Jack Reacher cuando se enteraron de que el elegido para dar vida al fornido y alto personaje creado por Lee Child era Tom Cruise (el estadounidense no llega al metro setenta y cinco). Lo último de Jason Statham, 'Parker', también tiene su germen en el papel.

Después de tanto análisis barato, una cosa está clara: las grandes historias, como los viejos roqueros, nunca mueren. Y por grande entiéndase cualquier texto capaz de llegar al público.

 
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