Crecer entre kalashnikovs

Madrid

No se debe perder la costumbre de dar las gracias cuando uno se planta delante del espejo por la mañana. Dar las gracias a pesar del paro, de la desesperación, de la injusticia, de la negrura en el horizonte. Hay mucha gente que está mejor, sí. Hay mucha gente que duerma a pierna suelta por las noches, que panza a sus anchas mientras el estado de bienestar se desmorona. Pero hay otros muchos que han hecho de la barbarie más espeluznante su pan de cada día. No existen datos oficiales, pero se cree que en todo el mundo hay alrededor de 300.000 niños soldados.

"Es importante que entiendas la historia de tu mamá porque, cuando nazcas, no sé si Dios me dará la fuerza para amarte". Esta es una de las primeras frases que pronuncia la protagonista de 'Rebelde', una ex niña soldado de 13 años que le habla al hijo que tiene en el vientre. Jarra de agua helada. Después de haber sido obligada a matar a sus padres, Komana se enrola en una guerra que no entiende, una guerra invisible que le ha robado la poca infancia que podría tener en un continente como África. "Las armas son los nuevos papá y mamá", le espeta uno de sus captores.

'Rebelde' es la película canadiense que ha revolucionado el circuito cinematográfico de este año y que ha desempolvado un conflicto olvidado incluso en las hemerotecas. Ha cosechado premios por doquier: fue finalista en los pasados premios Oscar como mejor película de habla no inglesa y se ha alzado con estatuillas en Berlín (mejor actriz), Tribecca (mejor película y actriz), Sitges (mejor película)... A pesar del tono cercano al documental, es una historia ficticia inspirada en los relatos que el director Kim Nguyen escuchó en un centro de reinserción en Burundi.

Afganistán, Camboya, Chad, Mali, Congo, Sudán. La lista de países que reclutan a niños soldados es tristemente interminable aunque, como bien dice el corresponsal de TVE José Ignacio Iríbar en una mesa redonda que ha organizado la distribuidora de la película en la Universidad Complutense de Madrid, "el ejemplo africano es especialmente espeluznante": hay niños que empiezan a matar con solo 7 añitos.

"No son niños soldado, ellos no eligen ir a la guerra, son víctimas de conflicto", apunta la directora de Emergencias de UNICEF España, Lorena Cobas. El estrés postraumático no se cura dejando los kalashnikovs y volviendo a coger los juguetes porque uno no se zafa tan fácilmente de la violencia cuando te la han grabado a fuego. La reinserción de estos niños, su vuelta a la 'normalidad', dice Lorena Cobas, dura alrededor de dos años. Y eso si tienen la suerte de dar con profesionales.

"Los fabricantes de armas han cambiado los modelos, los han adaptado para que puedan ser usados por los niños". El que habla ahora es Iván Forero, el representante de Amnistía Internacional, organización que ha contribuido de manera efectiva en la aprobación del primer Tratado sobre el comercio de arnas: "Está más regulado el traslado de un plátano de Canarias que el de un arma".

Rachel Mwanza es Komana, la desconsolada heroína de esta historia que ha puesto los pelos de punta a todo el que la ha visto. Mwanza no es una ex niña soldado, ni por supuesto una actriz profesional, a pesar de que antes de rodar 'Rebelde' protagonizó un documental. A Mwanza, que todavía no sabe ni leer ni escribir pero que sí que tiene un Oso de Plata, la abandonaron sus padres y vagabundeó sin infancia durante un par de años en la calle... Recuerden el consejo del principio y háganle caso, solo, si quieren.