Es un pájaro, es un avión, no... Es Superman

En junio de 1938 se publicaba en Estados Unidos el primer cómic de Superman. Seguramente sus creadores, el escritor estadounidense Jerry Siegel y el dibujante canadiense Joe Shuster, no fueron capaces de entender el éxito del mito que habían creado. En poco tiempo el héroe extraterrestre se convirtió en un icono de la América del siglo XX.

Luchador anticapitalista

Realmente Superman nació en 1932. En ese año se publicó un fanzine que pasó prácticamente desapercibido hasta el verano de 1938 en donde se edita el primer número de sus historias.

Los primeros comics nacieron a la sombra de una de las etapas más oscuras de la Historia de los Estados Unidos, el crack del 39. Por eso, sus autores, de ideología que hoy podríamos denominar progresista, presentaban a un Superman reacio a aceptar las injusticias sociales que entonces hacían estragos en la sociedad americana. Con el tiempo, el personaje evolucionó y se amoldó a las nuevas corrientes de pensamiento, llegándose a convertir en lo que es hoy, todo un emblema de lo americano.

Con un éxito casi universal, en la década de los 70 rozó el cielo -si realmente no lo había hecho antes ya- gracias a las películas que protagonizó el malogrado Christopher Reeve, todo un héroe en la vida real. Junto a una música sensacional, escrita por John Williams, y una puesta en escena brillante se puso rostro y sonido a una leyenda del siglo XX.

En este escenario, los dibujantes se han permitido incluso experimentar con nuevas alternativas del personaje. Es el caso de Superman: Hijo Rojo en donde se especula con lo que habría pasado si la nave del Hombre de Acero hubiera caído no en Estados Unidos, sino en la Unión Soviética del tirano Joseph Stalin. Toda una curiosidad.

El futuro de Superman

En el programa que hemos preparado sobre este icono de la historia de Estados Unidos y todo un símbolo del mundo contemporáneo, repasamos su origen, evolución y futuro, amoldado a las nuevas maneras de difusión multimedia.

Ahora bien, esto del futuro no lo puede predecir nadie. Al menos de lo que sí estamos seguros es de que el pasado es inmejorable. Hace pocas semanas por un ejemplar mal conservado del número 1 se pagaron 130.000 dólares.