¿Qué fue de nuestra Mona Lisa?
La Gioconda del Prado regresó en julio a Madrid después de su paso por el Louvre. Desde entonces, nadie ha vuelto a hablar de ella. ¿Por qué? ¿Es el cuadro del Museo del Prado el retrato de la verdadera Madonna Lisa Gherardini?
Como defiende el investigador británico Colin Wilson en su último libro Unsolved Mysteries, ("Misterios no resueltos", London 2000), una pregunta del tipo a ¿dónde está Mona Lisa?, puede resultar un tanto evidente. Todos podríamos contestar al unísono: en el museo del Louvre, en París. Sin embargo, la cuestión no es en absoluto tan sencilla. Existen varios documentos contemporáneos a la ejecución del cuadro (principios del siglo XVI) como el libro de Giorgio Vasari (1511-1574) Vidas de los mejores pintores, arquitectos y escultores italianos (1550, revisado en 1568) o incluso un boceto realizado por el mismísimo Rafael Sanzio (1483-1520) sobre el retrato de la Gioconda, que dan a entender la existencia de, al menos, dos cuadros diferentes, y que se corresponderían con otros tantos retratos de mujeres también distintas.
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Al parecer, todos pertenecerían al sin par pincel de Leonardo pero solamente uno de ellos sería la figura de la verdadera Madonna Lisa Gherardini, tercera esposa de un acaudalado comerciante florentino, el marqués Francesco Bartolomeo del Giocondo, veinte años mayor que ella y con quien había contraído matrimonio en 1495. Y lo más curioso de todo: la famosa "Gioconda" del Louvre no sería quien dice ser, sino una mujer desconocida.
La Gioconda del Prado
Cuando en el mes de febrero de 2013 saltó a la luz la existencia de "otra" Gioconda en el Museo del Prado, en Madrid, esas alarmas se multiplicaron. Al contrario de lo que siempre se había pensado, esa copia no era posterior, del siglo XVII, sino contemporánea de la del Louvre y, lo más insólito, procedente del propio taller de Leonardo.
Hace más de 10 años, cuando descubrí esta misteriosa pintura en la sala LVI b de la pinacoteca madrileña llegué a escribir: "Salta a la vista la ausencia del paisaje, si bien es cierto que el propio retrato de la mujer es prácticamente idéntico a excepción del color de las mangas del vestido que en el cuadro del Prado son rojas y en el original de París, de color claro".
Evidentemente, faltaba el paisaje porque alguien lo había ocultado. Ahora que está libre de añadidos y nos ofrece todo su esplendor, parece que nos hemos olvidado de ella.
¿Es este retrato la verdadera imagen de la Gioconda? Algunos, así lo creen...