Los grandes Magos del siglo XIX

La historia de la magia está repleta de grandes ilusionistas que desde mediados del siglo XIX llenaban teatros y salas de espectáculos sorprendiendo con su arte a los curiosos. La magia como tal no ha cambiado mucho y en nuestro programa queremos conocer quiénes fueron esos pioneros que grabaron con letras de oro los inicios de este arte.

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Estamos en el París de la década de 1850. Nos tenemos que imaginar un teatro repleto de gente. Un telón cordón burdeos se abre sobre el escenario, dejando ver en el centro a un hombre elegantemente vestido. Los carteles del exterior lo anuncian como Robert-Houdin. En pocos minutos comienza a realizar juegos increíbles en donde levitan objetos, aparecen y desaparecen otros. Y lo más sorprendente de todo; le corta la cabeza a un hombre que sale corriendo decapitado por el escenario en una grotesca escena que deja perplejo a todos los asistentes.

Es ilusionismo. Es magia. Robert-Houdin fue el primero en transformar la magia del engaño callejero, en un arte, en un espectáculo capaz de atraer la atención de miles de personas. Él fue el pionero en abrir las puertas a un nuevo concepto de teatro basado en el ilusionismo. La influencia que tuvo en magos que le sucedieron fue extraordinaria. Harry Houdini, el famoso mago y escapista americano de origen húngaro, tomó precisamente su nombre artístico del mago francés después de quedar prendado por su historia.

La magia como espectáculo

He de reconocer mi pasión por la magia y la historia del ilusionismo. La vida de los grandes magos del siglo XIX y principios del XX me atrae de una forma espectacular. Kellar, Carter, Thurston, los hermanos Ermann, Maskelyne... son grandes artistas que lograron verdaderos sueños en los inicios del ilusionismo. En el programa de esta semana hablaremos de ellos y de cómo se las ingeniaron para innovar y crear nuevos juegos, algunos de los cuales, siguen sorprendiendo a los espectadores más de cien años después. Lo haremos compartiendo micrófono con un invitado muy especial, Jorge Blass. No se lo pueden perder.

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