Otra vez con cara de tontos

Madrid

Gracias a un excelente trabajo de investigación periodistica descubrimos ahora que más de 300 grandes empresas han conseguido pagar menos impuestos en los países donde están establecidas, entre ellos España, gracias a la ayuda del gobierno de Luxemburgo. Estamos hablando de grandes multinacionales que mediante que firmaron acuerdos secretos con ese país, ninguna de ellas es española pero si las hay que operan en España.

Y en medio aparece el nuevo presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, que estaba al frente del gobierno de Luxemburgo cuando se firmaron esos acuerdos. Así pues se estrena en el cargo con una lupa sobre su cabeza, cuando él mismo llegó Europa con la promesa de acabar con este tipo de artimañas.

Y al final, al margen de la política, de la investigación, y de las decisiones al más alto nivel, lo que nos queda otra vez es cara de tontos. La sensación de que en esta vida hay dos mundos paralelos, que durante años no se habían encontrado. Sabíamos que había gente que vivía bien o muy bien, gente que vivía regular y gente que malvivía, es verdad que fueron tiempos en los que tampoco nos preguntábamos mucho, ni los periodistas ni los ciudadanos, ni nos preguntábamos ni preguntábamos, pero durante este tiempo estos mundos paralelos no se encontraron.

Ahora, con la crisis, se han cruzado y los ciudadanos han empezado a descubrir que no todos son iguales, que la exigencia para unos es altísima y para otros muy laxa. Han descubierto que los mismos que pedían austeridad, contención y hablaban de haber vivido por encima de nuestras posibilidades, son los que luego evadían impuestos, tenían cuentas en suiza, utilizaban tarjetas opacas. Y hoy descubrimos que quien desde Bruselas plantea nuestro futuro no tuvo reparos en ponerse del lado de grandes multinacionales para que no pagaran impuestos en los países donde están establecidos, entre ellos países rescatados o al borde del rescate. Pensó que era mejor llevar el dinero a Luxemburgo que utilizarlo, a través de los impuestos, en no ahogar a los ciudadanos.