"En el mundo hay muchos héroes anónimos"

Madrid

Muchas veces vemos en el cine historias de héroes anónimos que con el tiempo, por casualidades de la vida o por la insistencia de unos de los implicados, se encuentran de nuevo. Pues no es de cine la historia de ALBERTO COBO y MIGUEL ANGEL BEDIA que 30 años después han podido poner el punto y final a algo que empezó hace 30 años. Ahora Alberto le ha podido, por fin, las gracias a Miguel Angel por salvarle la vida......

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La historia se remonta 30 años atrás cuando Alberto tenía 17 años y estaba veraneando con sus padres y hermanos en Somo. Y Miguel Ángel , con 19 años, estaba trabajando en el negocio familiar.  Esa tarde del verano del 84 Alberto fue a la playa y decidió cruzar a nado la canal de entrada al puerto de Pedreña. Pero cuando había completado más o menos la mitad del recorrido, por nervios o cansancio, empezó a tragar agua y a hundirse. Y cuando creía que todo estaba perdido " recuerdo que tragué agua y noté que me hundía. Llegué a pensar que esto se acababa, que era el final" ,  pero unas manos salvadoras le sacaron del agua y tras la reanimación y la estancia en el hospital pudo volver a casa . Pero Alberto siempre ha querido encontrar a quien le salvó la vida y este verano, no dándose por vencido, volvío al lugar y por casualidad encontró a un hermano de Miguel Ángel que fue la punta del hilo que ha permitido llegar al final feliz de esta historia.

Treinta años después la vida de uno y otro ha ido por caminos distintos: Alberto se licenció en Ingeniería Industrial, se casó y tiene familia muy numerosa . Miguel Angel, por su parte, en 1991 se desvinculó de la empresa porque quería opositar al Ayuntamiento de Marina de Cudeyo. Aprobó en 1993. Hoy es el sargento de la Policía Local. Está casado , tiene dos hijos y sigue viviendo en Pedreña.