¿Por qué Suecia vende las “bebidas energéticas” (ejem) en las farmacias?
¿Se han dado cuenta de que no hay deporte en el que no aparezca el dichoso “Red Bull”?Cuando los que nos dedicamos a promocionar la salud a través de la alimentación lo presenciamos, es como si nos clavaran una aguja en la espalda, se lo aseguro. Ya he hablado en este blogy en el de Consumerde las “bebidas energéticas” (acepción desafortunada donde las haya), pero resulta que el negocio de estas bebidas, que pisó Europa en 1987, hoy por hoy va viento en popa, a toda vela y acuchillando los siete mares. Sus ventas (que aumentan un 10% cada año, según el portal ScienceDaily) van a ir de la mano, desgraciadamente, del incremento en el número de problemas que causan estas peligrosas bebidas con cafeína. Sí, he dicho “peligrosas”. Y no, no he dicho “refrescos”, sino “bebidas con cafeína”. Porque eso es lo que son, bebidas (azucaradas) con mucha, muchísima cafeína.
Por suerte, no soy el único que lo dice. Además de losmemorables artículosque le ha dedicado a estas bebidas Jose Manuel López Nicolás en su blog Scientia, un equipo de investigadores de gran prestigio, pertenecientes a la oficina regional de la Organización Mundial de la Salud en Europa, acaba de publicar una interesantísima investigación en la revista “Frontiers in Public Health” en relación a esta peligrosa (insisto) cuestión. Solo con el título de su trabajo ya podemos hacernos una idea de lo embravecidas que están las aguas. Lean, lean: “Consumo de bebidas energéticas en Europa: una revisión de sus riesgos,efectos adversos para la salud y opciones políticas”.
Uno de los principales riesgos es el de la llamada “intoxicación con cafeína”, particularmente en niños. La revisión del equipo de la OMS ha hallado pruebas de que estas bebidas se relacionan con numerosos casos de palpitaciones cardíacas, hipertensión, náuseas, vómitos, convulsiones, psicosis e incluso fallecimientos. En Estados Unidos, Suecia, y Australia se han descrito diversos casos de muertes atribuibles a la excesiva ingesta de “bebidas energéticas”. Los adolescentes que las toman son más proclives a participar en comportamientos arriesgados, que pueden poner en peligro su vida, pero también al abuso de sustancias y al consumo de alcohol.En adultos de entre 18 y 29 años, se observa que más del 70% las mezcla con alcohol, una práctica más arriesgada que beber solo alcohol, dado que se camufla la sensación de ebriedad y por lo tanto se acaba tomando másalcohol.
El equipo de investigadores, capitaneados por elDr. João Joaquim Breda, propone a las autoridades sanitarias, para evitar que naufraguemos a base de “energizamos”, las siguientes medidas:
- Establecer un límite superior en la cantidad de cafeína que se permite en una ración de cualquier bebida;
- Regulaciones para reforzar las restricciones en su etiquetado y para limitar su venta a niños y adolescentes;
- Reforzar los estándares para el marketing responsable dirigido a jóvenes.
- Capacitar a los profesionales sanitarios para que sean conscientes de los riesgos y de los síntomas de su consumo;
- Evaluar si abusan de estas bebidas los pacientes que tengan un historial de problemas dietéticos o de abuso de sustancias, tanto solas como combinadas con alcohol
- Educar a la población sobre los riesgos de mezclar alcohol con el consumo de bebidas energéticas;
- Llevar a cabo nuevas investigaciones sobre los posibles efectos adversos de las bebidas energéticas, sobre todo en los jóvenes.
Dada la gravedad del asunto, y aquí respondo al título de este texto, no extraña que algunos países europeos ya hayan incorporado regulaciones que limitan sus ventas, incluyendo reglas específicas para evitar que las consuman los niños. En Suecia, por ejemplo, algunas de estas bebidas solo se pueden comprar en farmacias, en un intento de limitar su consumo. Su venta, en dicho país, está prohibida a niños. En mi opinión,ya estamos tardando, y mucho, en tomar ejemplo de los suecos. ¿Sabía que casi el 20% de los menores de 10 años toma dos litros mensuales de estas bebidas? Para morirse.