Cinco notas para entender mejor lo ocurrido en Fórum Filatélico

Nueve años después de que cientos de miles de clientes vieran esfumarse sus ahorros, los casos de Fórum Filatélico y Afinsa continúan a las puertas de la justicia. Es un largo periodo de tiempo en el que hemos conocido algunos conceptos que, quizá, convenga aclarar.

1. Esta mañana, y por primera vez desde que la policía irrumpiera en las oficinas de Fórum Filatélico y Afinsa, se celebra una vista, aunque civil, sobre lo ocurrido: la que decidirá si la intervención del Estado, en este caso en la primera de las dos empresas, era necesaria porque esta fuera incapaz de cumplir sus compromisos. Lo que se delibera durante tres días en los juzgados de la madrileña plaza de Castilla no es si los gerentes de la entidad cometieron un delito. Eso llegará en una segunda causa, penal, cuya vista aún no tiene fecha, aunque su instrucción acabara en octubre y la intuición de la justicia anticipe que hubo un fraude a gran escala.

2. Esa segunda causa es la de los 32 administradores de Fórum Filatélico, reclamados por la Audiencia Nacional y el juez Pablo Ruz por participar en una estafa piramidal, un modelo de negocio ilegal. La empresa vendía sellos a sus clientes muy por encima de su precio de mercado, pero estos los compraban como una inversión. Pasado un tiempo y por contrato, los clientes volvían a venderlos a Fórum por más dinero del que habían invertido. Esto era así porque, en principio, los sellos siempre subían de precio, pero era mentira. La empresa cumplía con sus clientes veteranos porque, gracias a unas condiciones fantasiosas, siempre reclutaba clientes nuevos. Esa es la pirámide.

3. Si se interviniera un banco, también encontraríamos una burbuja en la que gran parte del dinero no existe. Pero Fórum Filatélico, al igual que Afinsa, era una sociedad mercantil, no financiera. Los ahorros de los clientes no accedían a un entramado de inversiones e intercambios con otras sociedades, sino que se cambiaban por un bien tangible y se quedaban dentro de la empresa. Los clientes pagaban por los sellos hasta once veces más de lo que valían fuera y nunca los sacaban al mercado filatélico, porque volver a vendérselos a Fórum era la única manera de rentabilizarlos. Muchos compradores, convencidos del valor de los sellos, dejaban que la entidad los guardara en una caja fuerte. Hay indicios de que, en ocasiones, estos ni siquiera existían.

4. Durante mucho tiempo, se culpó al Estado y su intervención de que los afectados de Fórum Filatélico y Afinsa hubieran perdido sus ahorros. Hasta entonces, estos siempre habían sacado rentabilidad al dinero con el que habían comprado los sellos. Incluso llegó a haber manifestaciones semanales en la madrileña calle de Ferraz, frente a la sede del PSOE. Sin embargo, la naturaleza de la pirámide aclara que cuanto más se hubiera prolongado la intervención, mayor sería el número de afectados. Los de Fórum Filatélico son más de 269.000, algo más que los de Afinsa, cuya estructura era idéntica. El agujero económico que deja es de más de 3.700 millones de euros. Hoy se pide una respuesta del Estado más allá de la justicia, pero nadie duda de que el juicio civil avalará la intervención.

5. Los comerciales que vendían los sellos de Fórum Filatélico son, también, parte de los afectados. La inmensa mayoría había invertido allí sus ahorros, y parte de su entrenamiento consistía en captar clientes, en primer lugar, entre sus familiares y sus amigos. Una vez cerrado el trato, los agentes quedaban a cargo de sus compradores todo el tiempo que estos permanecieran en Fórum Filatélico y actuaban de enlace entre los clientes y la empresa. Algunos acabaron quitándose la vida después de haber implicado a sus allegados. El jugador de baloncesto Lalo García era uno de estos comerciales y estaba en su puesto de trabajo, en la sede de Valladolid, cuando llegó la policía.