“Las mujeres se siguen presentando al mundo como un espectáculo”
La última ganadora del premio Anagrama de ensayo repasa los discursos del mundo de la moda

La socióloga y ensayista Patrícia Soley-Beltran, en los estudios de Radio Barcelona. / CADENA SER

Madrid
"Las mujeres ya habían trabajado en las fábricas, como los hombres, cuando, después de la Segunda Guerra Mundial, se las devolvió al hogar. Él, al frente y ella, en casa, que era un lugar de consumo". Quien aporta este conocimiento lo hace desde una licenciatura en Historia Cultural y un doctorado en Sociología, aunque tradicionalmente se la conocía por su pertenencia a la industria de la moda. La última ganadora del premio Anagrama de ensayo, Patrícia Soley-Beltran, propone que un mundo y otro no son excluyentes.
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El mundo de la moda, a la conquista del pensamiento
Con todo, y aunque su ensayo "no es un libro denuncia", ¡Divinas! Modelos, poder y mentiras busca los significados que, con sigilo, se nos venden cada vez que una mujer o un hombre cruzan una pasarela. Los modelos venden mucha más ropa que un maniquí, porque sí nos ofrecen una forma de ser. Aunque la autora pide que "cada uno saque sus conclusiones", escribe desde la mordacidad de quien creció como modelo y, posteriormente, volvió a la academia para reflexionar sobre lo que había vivido.
"Hay que descolonizar la mirada, porque nos rodean imágenes muy poderosas. Cuando vemos nuevo modelos étnicos o sexuales, también hay una estrategia de mercado y un ideal que nos propone frustración y, por tanto, consumo". En ese sentido, no se trata de romper con todo, si no de encontrarnos mejor armados ante las fotografías que prometen una identidad y una filosofía. "Quienes idean estos mensajes no son una ONG", recuerda quien, también, anota que detrás de las modelos, sobre las que suelen recaer la mayoría de los prejuicios, hay un gran entramado.
Aunque creemos superados ciertos extremos del machismo, hay cosas que no han cambiado, y así lo cuenta Soley-Beltran: "A las mujeres se las sigue representando como un espectáculo, ellas se muestran a la mirada ajena para que las miradas vayan a ellas. Son un objeto visual de deseo y enseñan qué es lo que se las puede hacer. Los hombres, en cambio, son sujetos. La masculinidad se muestra como un indicio de poder, económico, político y sexual".




